Argentina vive estos días un amplio debate entre la opinión pública a cuenta del aborto de una joven discapacitada violada en Mendoza. Finalmente, el aborto ha sido autorizado por las autoridades sanitarias y probablemente se realizará este mismo lunes en el Hospital Militar o en el hospital público de Lagomaggiore. La operación se podrá realizar bajo el sistema de salud pública, señaló el ministro de Salud provincial, Armando Calleti.
Sin embargo, los grupos provida siguen tratando de salvar la vida gestante. Según la ONG Unión de Entidades por una Vida más Humana, la mujer no estaría de 12 semanas como señalan sus representantes legales, sino de 20 semanas, es decir, 5 meses, un tiempo suficiente para que el bebé fuera viable fuera del vientre materno. El dato ha sido revelado por una fuente que ha pedido permanecer en el anonimato, pero asegura que puede ser comprobado en el historial clínico de la madre.
Si, como se declara públicamente, lo que se procura es la salud de la madre, queda de manifiesto que un aborto en un estadío tan avanzado de gestación, complicaría seriamente la salud de la joven y arriesgaría su vida, señala la citada ONG. Este revelador dato explica la urgencia de los representantes legales de la madre, obviando el debate científico y ético requerido, así como el respeto a toda vida humana. No sólo eso, sino que el conocimiento de que el embarazo no es de 12 semanas sino de 20 hace que las autoridades hospitalarias, judiciales y del ministerio de Salud de la Provincia pudieran convertirse en responsables de homicidio.
Por estas razones la Unión de Entidades por Una Vida Más Humana elaborará un pedido de juicio político a las autoridades públicas implicadas en el caso, así como una demanda penal al personal de salud que accediera a llevar a cabo el aborto provocado.
Además, se da la circunstancia de que un empresario argentino se ha ofrecido para adoptar al crío. Pero da igual. Da la impresión de que el Ejecutivo Kirchner quiere aprovechar la polémica desatada por este caso extremo para abanderar la necesidad de legalizar el aborto en Argentina. Y da la impresión también de que la coincidencia de las polémicas en Argentina y Colombia apuntan a una estrategia del movimiento abortista y feminista internacional principalmente norteamericano- para extender el aborto en Hispanoamérica.
La estrategia siempre es la misma. Se coge un caso extremo, se sensibiliza a la sociedad bajo el argumento sensiblero de pobrecilla la chica deficiente que ha sido violada, se hinchan las cifras de muertes de mujeres por abortos realizados en condiciones poco saludables, y se plantea un proceso de despenalización. Así se hizo en Estados Unidos, según el testimonio del Dr. Nathanson, que fue uno de los abiertos defensores del aborto en Norteamérica y que reconoce las prácticas utilizadas. Exactamente el mismo proceso utilizado en España y el calco de lo que está ocurriendo ahora en Hispanoamérica. En el caso español y del Continente de la Esperanza se añade un nuevo elemento : el desprestigio de la Iglesia a la que se critica por ingerencia en asuntos políticos.
Y lo peor de todo no es que la estrategia esté siguiendo un guión perfectamente reconocible, sino que el gobierno español ha enviado a funcionarios a Hispanoamérica para explicar en qué consiste la ampliación de derechos realizada por la administración Zapatero. Es decir, España está promoviendo y exportando el aborto en Hispanoamérica no sólo mediante la financiación de la AECI, sino también la intelectual. No es extraño que los hispanos miren a España no como la madre patria, sino como la madrastra.