Era de unas incógnitas importantes. Tras el cese de Bono, la especulación se despertó sobre el posible relevo del presidente del CNI, Alberto Saiz. Un detalle importante teniendo en cuenta que nos encontramos en pleno proceso de verificación. Pero ocurre que la salida de Bono es coyuntural. Y aunque el Gobierno mantiene en el cajón un bonito dossier sobre sus turbios asuntos inmobiliarios en Seseña, el castellano-manchego sigue teniendo su peso. Así que Saiz seguirá. Y eso, a pesar de que Alonso haya anunciado el relevo del director general de la Guardia Civil, Gómez Arruche.
El asunto tiene mucha relevancia. La permanencia de Saiz en el CNI asegura que Bono va a seguir pilotando desde el extrarradio el proceso de paz. No conviene olvidar lo ocurrido con el ex director del CNI y ex embajador del Vaticano, Jorge Dezcallar, que ha apuntado a que los atentados de Barañáin pueden significar la existencia de una ETA auténtica que no esté dispuesta a recorrer el camino de la paz en el que se encuentra el Gobierno. Y es que el que tuvo, retuvo.