Oferta de Zapatero a CiU: que acepte el Estatut aguado a cambio de darles el control del Banco de España. El Gobierno se niega a ceder las competencias sobre cajas de ahorros, pero con un Pastor al frente del supervisor, CiU se garantiza el control del sistema financiero catalán. Eso sí, a Artur Mas no le basta el Banco de España, pero nadie sabe qué más ofrecerle para que acepte un Estatut aguado. Pastor fue secretario de Estado con Solbes, es masón y hombre próximo a convergencia, ideológicamente ultra- capitalista
Era el personaje real, y Zapatero se lo ha hecho saber al líder convergente, Artur Mas, con quien le une una buena relación personal: si CiU acepta un Estatut aguado, aún más light que lo que sospechaban los nacionalistas, el nacionalismo moderado colocaría a uno de sus hombres como gobernador del banco de España, en sustitución de Jaime Caruana, que cesa en junio. Puede ser Alfredo Pastor o puede ser el actual consejero del instituto supervisor en representación del catalanismo, López Casanovas, aunque el currículum de Pastor está mucho más nutrido y resulta mucho más presentable ante la comunidad financiera.
Porque entre tanto sistema financiero, caja única de la Seguridad Social, normalización lingüística, es decir, entre tanta polvareda, se nos ha perdido D. Beltrán. Para ser exactos, se nos ha perdido una de la reclamaciones más peligrosas y más olvidadas del borrador de Estatut salido del Parlament: que la Generalitat supervisara todo el sistema financiero en Cataluña: no sólo sobre las cajas de ahorros, sino también sobre bancos con sede en Cataluña. Se rompía, en otras palabras, la unidad inspectora del banco central, algo sin parangón en Europa (sí en Estados Unidos, aunque ese es otro mundo).
Pues bien, también aquí Zapatero da marcha atrás. Pero, eso sí, responde a la inversa: ¿por qué no controlar el Banco de España, a través de una persona de nuestra confianza? Un malpensado diría que con Pastor o Casanovas CiU se garantizaría la impunidad para controlar las cajas de ahorros catalanas, entre ellas, La Caixa (entidad con la que, por cierto, Pastor se lleva a las mil maravillas). Bueno, al menos para controlar la legislación que las regula y la inspección que las acosa en el día a día, es el hombre ideal para el nacionalismo económico catalán.
Ahora bien, en esas condiciones, CiU no puede aprobar el Estatuto. Gracias al archifamoso proyecto de autonomía, CiU, que era un cadáver político, logró resucitar. Si el Estatut es aguado, ERC dirá que no lo es, IU lo mismo pero CiU no sólo dirá que es un Estatuto fuera de lugar, sino que exagerará su descafeinamiento. ¿Qué darle entonces? Pues, por ejemplo, el Banco de España.
Las candidaturas de Alfredo Pastor o del profesor de la Pompeu Fabra, Guillem López Casanovas, echan por tierra, en principio, todas las quinielas realizadas hasta el momento : Pedo Solbes, Manuel Conhe, Miguel Sebastián, Soledad Núñez, etc. Pastor sería el tapado que algunos esperaban, pero todo en clave de Estatut.
El poder de un gobernador sigue siendo grande. Se le nombra a propuesta del Presidente del Gobierno y previa sanción real. Su mandato, de seis años no renovables, un lapso durante el cual es intocable, terminan con una pensión del 80% de su salario durante dos años. Durante ese periodo no pude trabajar en ninguna empresa financiera o relacionada con el mercado de valores (en teoría, basta con que una empresa cotice en bolsa para que no pueda fichar al ex Gobernador). Puede trabajar en el sector público o privado no financiero pero en ese caso pierde su pensión, Sólo puede mantenerla si se dedica a la docencia. Pero eso es lo de menos, todo el mundo quiere ser gobernador. Mientras lo es, bancos cajas tiemblan ante su poder.
Pero insistimos. A Mas el Banco de España no le parece suficiente. Además, no podría venderlo como un triunfo ante su electorado