El gobierno ha querido y quiere mantener, de acuerdo con su particular interpretación sobre la función de las Fuerzas Armadas, la imagen idílica de que las operaciones en Afganistán no se desarrollan en un escenario bélico y que allí se está en misión de paz. Esa consideración, irrealista y puramente ideológica, supone afrontar la realidad sobre el terreno, las operaciones, de un modo distinto y peligroso.
Tanto en Afganistán como en Irak las tropas españolas se han encontrado con una situación compleja, infradotadas de medios (vehículos insuficientemente acorazados desprovistos de inhibidores) y con un apoyo logístico deficitario (de ahí el accidente del Yak-42). El ataque que los talibanes han realizado en Qala-e-Now que ha costado la vida a un intérprete y dos guardias civiles, no es un hecho aislado; se sitúa dentro de la escalada bélica talibán que les situará en condiciones óptimas para asumir el control cuando las tropas americanas se retiren en julio del año que viene.
AES, que se suma al dolor de las familias y reza por el alma de los caídos, exige al gobierno que reconozca claramente que las tropas españolas están en misión de guerra en Afganistán y que, por tanto, se varíe radicalmente el planteamiento de la operación en tanto no se produzca la retirada total y absoluta de nuestras fuerzas.
AES pide la retirada de nuestras fuerzas de Afganistán ya que, en definitiva, es una guerra que los propios EEUU han dado por perdida.
AES quiere subrayar que la presencia española en Afganistán no sirve a ninguno de nuestros intereses nacionales, y que su importancia cuantitativa es debida a la necesidad de ofrecer un contrapeso al gobierno americano por la retirada de nuestras fuerzas en Irak.
Fernando Moreno
AES