El retraso en la privatización de AENA ha supuesto un varapalo más para José Blanco, después de que el ministro asegurase la pasada semana que el proceso seguía adelante. A Blanco se le tuercen las cosas cada vez más y desde el Caso Campeón se está convirtiendo en el perro flaco del PSOE.
Desde el Gobierno se argumenta que el aplazamiento se debe a la dificultad de los interesados para obtener financiación dentro de los plazos fijados. En el PP sienten una victoria moral que les da la razón sobre el mal momento para vender.
Los analistas consideran que se ha llegado a esta situación porque ha habido precipitación en el proceso. Es decir, que con plazos más largos, podría haberse concluido antes del cambio de Gobierno. Las manifestaciones contrarias a la privatización emitidas desde los escaños de la oposición hacen pensar a los analistas que, en lugar de aplazarse, el proceso podría cancelarse definitivamente.
Rodrigo Martín
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