- El primer ministro francés recortará prestaciones a las familias más adineradas, las cuales sólo representan un 12% del total.
- Estas se reducirán a la mitad para las que ingresen más de 6.000 euros al mes y a la cuarta parte desde los 8.000 euros mensuales.
- De esta manera, estima ahorrar 800 millones al año, pues reducir el déficit público es una obligación que no puede posponer. Pero el ministro de Finanzas galo matiza que lo harán a un ritmo apropiado para no dañar la frágil recuperación.
- Aún así, Francia sigue siendo generosa: cheque-bebé de 923 euros, 129 euros al mes a partir del segundo hijo, complementos para guardería… No como España.
Como saben el primer ministro de Francia, Manuel Valls (en la imagen), es de origen español, sin embargo sus ayudas familiares no se parecen en nada a las nuestras, ya que las superan en más de 1.300 euros. Una generosidad y apuesta de verdad por la familia de que la debería aprender, y mucho, Mariano Rajoy, que también debe tomar nota de la canciller alemana Angela Merkel.
Pero ahora las ayudas familiares francesas, que se establecieron con carácter universal tras el fin de la II Guerra Mundial, están en el ojo del huracán, pues Valls ha decidido recortarlas para las familias más adineradas, que representan un 12% del total. Un 'tijeretazo' que, como era de esperar, ya ha provocado el rechazo de algunos. Entre estos destacan el sindicato CGT, el partido de la oposición UMP, el centrista MoDem o incluso dentro de las filas socialistas por parte del izquierdista Benoît Hamon.
Sin embargo, la cosa no es para tanto, pues Valls sólo reducirá a la mitad las ayudas de las familias que ingresen más de 6.000 euros al mes y a la cuarta parte desde los 8.000 euros mensuales. Así cumplirá con la promesa del presidente François Hollande, de no romper la universalidad de estas prestaciones: todas las familias las recibirán, aunque en menor cuantía los que menos las necesitan. Algo bastante lógico.
De esta manera, el primer ministro francés estima ahorrar 800 millones al año, pues reducir el déficit público es una obligación que no puede posponer. Además el recorte de las prestaciones en las familias más adineradas contribuirá a que disminuya el saldo negativo de la Seguridad Social, que asciende a 10.000 millones de euros.
Al hilo de la reducción de gasto público, el ministro de Finanzas galo, Michel Sapin, matiza que lo harán a un ritmo apropiado para no dañar la frágil recuperación. "No debemos ir a por todas en cuanto a reducir el déficit, sino que tenemos que ralentizarlo para que se armonice con las necesidades de la economía francesa", puntualizó. Por su parte, el titular de Economía, Emmanuel Macron, confía en que Bruselas no rechazará el presupuesto francés.
Aún así, a pesar del recorte, Francia sigue siendo generosa con las familias. Antes del parto ofrece un cheque-bebé de 923 euros para que sean más llevaderos los gastos extra del recién nacido. Pero no sólo eso, también da 129 euros al mes a partir del segundo hijo (1.548 euros anuales), a la que se añade un incremento de 67 euros mensuales a partir de los 14 años del segundo niño y hasta que cumpla 20. A esto se suman complementos para guardería y un permiso de maternidad de hasta tres años.
Una situación muy diferente a la de España, donde no existe el cheque-bebé y se dan 100 euros al mes durante los tres primeros años para las madres trabajadoras, mientras que las que no lo sean sólo podrán disfrutarlas con su tercer hijo o si uno presenta algún tipo de malformación. Por lo que una familia española en el primer año de vida de su hijo recibe 1.200 euros anuales, mientras que la francesa tiene 1.548 euros más los 923 del cheque bebé más otros complementos... es decir, más de 1.300 euros de diferencia. Y es que Rajoy, desgraciadamente, entiende que ayudar a la familia es desgravar, en vez de subvencionar, debería tomar ejemplo de sus homólogos europeos y cuanto antes. Pues mientras Francia es el segundo país de la Unión Europea (UE) con la tasa de fecundidad más alta (2 hijos por mujer, en 2011), España está a la cola con 1,4 niños por mujer, por lo que envejece sin remedio y sin relevo.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com