Braulio Medel rompe el frente de las cajas. Matías Cortés propuso una solución salomónica: que Del Rivero continuara al frente de Sacyr pero abandonara el consejo de Repsol. El Santander continúa empeñado en refinanciar a Del Rivero.
Demetrio Carceller cuenta con el apoyo de Mariano Rajoy para echar a Luis del Rivero y convertirse en el nuevo presidente de Repsol. También con el de Felipe González y Rubalcaba, aunque desde el Gobierno le advierten al candidato que no entre en esa batalla, donde el PSOE tiene mucho que perder. Pero lo cierto es que a Carceller le fala un voto de los 19 que componen el Consejo para lograr la mayoría. La clave sigue estando en las cajas de ahorros. Por una parte, Novacaixagalicia posee dos consejeros directos; por otro, en representación de la propia entidad gallega más Bankia, Cajamurcia y Unicaja. Curiosamente en esta última es donde han surgido los problemas, porque su líder, el socialista Braulio Medel, se niega a que le den la puntilla y ha pedido a las otras entidades que esperen a ver si se logra un pacto con Repsol.
Difícil pacto porque tanto Antonio Brufau como La Caixa, el segundo accionista, se niegan a entablar negociaciones si antes no se rompe la sindicación Sacyr-Pemex.
Es más, Matías Cortés, ataño asesor de Luis del Rivero y su enlace con el grupo PRISA y con el Gobierno Zapatero (con Miguel Sebastián, el todavía presidente de Sacyr no precisa intermediario alguno), propuso en el Consejo del miércoles -más que tensión, malas maneras- que Del Rivero se mantuviera en la Presidencia de Sacyr pero abandonara el Consejo de Repsol. Del Rivero no lo aceptó, aunque también es verdad que Antonio Brufau, así como La Caixa, exigen para sentarse a negociar la precitada ruptura de la sindicatura.
Mientras, el Santander, jefe de los bancos que renegocian el crédito de 4.900 millones de Sacyr, insiste en que lo lógico sería la refinanciación. Eso sí, prefieren no entrar en la batalla. En resumen, Emilio Botín se ha convertido en otro de los apoyos de Sacyr. Eso sí, puede convertirse en un peso muerto para la constructora si los otros bancos acreedores le exigen, y se lo están exigiendo, apretarle las tuercas en la refinanciación, dado que consideran que la constructora está en práctica suspensión de pagos, con un consejo enfrentado, también, a las empresas que constituyen su principal activo.
Pero la espada de Damocles sigue encima del presidente de Sacyr: a Carceller le fala un voto y bien podría conseguirlo en breve.
Miriam Prat
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