En alusión a los servicios de cercanías y metro y a las amenazas del ugetista José Ricardo Martínez, el Gobierno autonómico pide a Rubalcaba que garantice la seguridad de los madrileños que quieran ir a trabajar.
Fuentes de la consejería de Interior informaron a Hispanidad de la carta remitida en la mañana de este lunes por Francisco Granados a Amparo Valcárcel, delegada del Gobierno en Madrid . En la misiva, Granados pide al Gobierno que garantice la seguridad de los madrileños que quieran ejercer su derecho al trabajo el día de la huelga.
La solicitud se produce después de que el líder de UGT en Madrid, José Ricardo Martínez amenazara con parar Madrid por las buenas o por las malas. El vicepresidente primero de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, aseguró que las palabras de Martínez ponían muy alto a Interior el listón de la seguridad para los madrileños que quieran trabajar el día de la huelga.
Los sindicatos saben que en Madrid se encuentra el termómetro del éxito de un paro y que si se para el transporte, se corta la posibilidad de que muchos madrileños lleguen al trabajo. El apoyo sería sólo de los medios de transporte, pero el efecto es el de unas oficinas tan vacías como si todo el mundo respaldara la convocatoria: si se consigue paralizar Cercanías y Metro, los sindicatos saben que el éxito está garantizado.
El Gobierno de la Comunidad de Madrid es consciente de que las amenazas no son en vano. El pasado mes de junio, Madrid vivió dos jornadas de huelga total en los medios de transporte y el gobierno madrileño y los sindicatos todavía tienen asuntos pendientes por el incumplimiento de los servicios mínimos. En la misma mañana del lunes, José Ricardo Martínez volvía a la carga junto a su homólogo de CCOO, Javier López: no garantizan el cumplimiento de los servicios mínimos pactados porque los consideran ilegales y abusivos.
Visto el panorama, parece que la huelga va contra el Gobierno de Aguirre, puesto que con el Gobierno español todo va como la seda. Recordemos que los sindicatos han hablado continuamente de la Unión Europea, de los empresarios, de los que provocan la crisis pero muy poco de Zapatero. Por su parte el presidente espera a que pase la tormenta para volver a reclamar el cariño de UGT y CCOO y obtener dos años más de pax sindical. Podría darse la paradoja de que el PP fuera finalmente el más perjudicado por el 29-S.
Mariano Tomás
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