La Asamblea General de las Naciones Unidas dispuso el 26 de junio como el Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas.

 

Así mismo, se están llevando a cabo acciones para concienciar a la población del peligro del consumo de las drogas. Este día se viene celebrando desde 1987 con la finalidad de concienciar a la población sobre el peligro del consumo de las drogas.

Todo el mundo, pero de modo especial los jóvenes, deben tomar conciencia de que el consumo de drogas, tanto esporádicas como habituales, puede conducirles al fracaso en todos los órdenes de la vida; el afectivo, laboral, intelectual y social. No podemos olvidar que la droga es el ataque más grave que sufre la sociedad actual, un ataque cuyas consecuencias alcanzan a todos, pero son especialmente víctimas los jóvenes.

Por otra parte se ha emitido una campaña destinada a los jóvenes avisándoles de los peligros de la droga, bajo el lema: "Drogas, ¿te la vas a jugar?", la acción promocional apela a la responsabilidad de los adolescentes y pretende generar "una cultura de rechazo a las drogas".

También, la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción -FAD- ha divulgado una campaña bajo el lema "las drogas no sólo perjudican a quienes las consumen. Todo tiene un precio".

Busca concienciar a la sociedad sobre la presencia de los estupefacientes.

"Las drogas son ilegales porque son peligrosas, no son peligrosas porque sean ilegales", aseveró en una conferencia el director de la Oficina de la ONU para las Drogas y el Delito.

La droga llega directamente al cerebro. El estudio de la Oficina Nacional de Control de la Drogadicción de Washington, refrenda que las drogas pueden producir daños como zozobra, melancolía, brotes psicóticos y tendencias al suicidio. ¿Será esto lo que algunos buscan, en clara línea con la cultura de la muerte?

Es urgente una batalla contra el comercio y el derroche de estupefacientes para frenar esta dañina espada de Damocles para el tejido social, que origina el delito, la crueldad y favorece la devastación física y psíquica de muchos adolescentes.

El vacío de Dios, ¿no lleva a la desesperanza? La desesperanza conduce a la deshumanización. El hombre sin Dios se deshumaniza y se hace enemigo hasta de sí mismo. A esto conduce el consumo de las drogas que transforma el paraíso de unos instantes en un prolongado e insoportable infierno. La droga es un camino de ida, sin retorno.

Por último, la droga es la muerte, la inmolación de millones de jóvenes ingenuos e inocentes, en aras de uno de los más sucios y terribles negocios que ha conocido la Humanidad.

Clemente Ferrer
clementeferrer3@gmail.com