En el PP se asombran d que no se investigue la negligencia criminal de los cargos policiales
Pepiño Blanco, estrella mediática socialista, convocaba a los medios en la mañana del jueves para lanzarse contra el Partido Popular, que en el juicio por el 11-M sufre el chasco de Agustín Díaz de Mera. Cada vez cala más hondo en la opinión pública española que no hubo un informe que relacionara el 11-M con ETA.
En cualquier caso, en círculos policiales, lo más comentado es la labor de EnriqueGarcía Castaño, conocido como El Gordo, es decir, el presunto policía que presuntamente habría dicho a Díaz de Mera que se podía ligar ETA y el 11-M.
Y es comentado por dos razones:
1. En primer lugar, porque Castaño "se dio por aludido" cuando Mera se había negado a facilitar nombres, por lo que se apresuró a escribir una carta a sus superiores afirmando que él no le había dicho nada a Mera sino todo lo contrario: Excusatio non petita accusatio manifesta.
2. No sólo El País, sino también El Mundo, han tratado con guante de seda a Castaño. La razón es muy sencilla: se trata del cargo policial más proclive a filtrar informaciones interesadas a los medios informativos. Y nadie muerde la mano que le da de comer.
Pero hay más. En el PP están asombrados de que el sumario del 11-M no se haya invitado a los cargos policiales que, cuando menos, podían haber acusado de negligencia, por la sencilla razón de que tenían controlados y estaban infiltrados en buena parte de los autores o colaboradores de la masacre. Como lo estaba el juez Baltasar Garzón, sin duda el magistrado que más información tenía de las células islámicas, pero a las que no aportó la atención debida.