Menos mal que la vicepresidenta primera, Teresa Fernández De la Vega, que ha pasado el Día Internacional de la Mujer Trabajadora redimiendo con su terapéutica presencia a las féminas de Liberia, nos lo ha explicado.

De otra forma, podría habernos pasado inadvertido: La culpa de todo lo que ha ocurrido en este primer año de la segunda legislatura ZP, la tiene el Partido Popular, que en lugar de colaborar con el Gobierno se ha dedicado a sus propios problemas y claro, así no hay manera.

El pobre ZP ha tenido muy mala suerte: el mismo día en que ganó las elecciones se declaraba una crisis económica de alcance mundial, la más importante sufrida por el sistema capitalista, y que hasta entones, hasta el mismo 9 de marzo de 2008, no existía. De inmediato, su equipo de cirujanos dirigidos por el doctor Solbes, se puso manos a la obra, sólo que no se les ocurrió nada, por lo que en unos pocos meses, sin reducir impuestos ni aumentar el gasto público como para detener el paro creciente -y rugiente- se quedaron sin margen de maniobra... y con el paro creciente.

Y como la impotencia tiene muy mala uva, ZP se ha visto obligado, por razones económicas, a lanzar medias tan progresistas contra la crisis como la nueva ley del aborto, a fin de que el número de infanticidios aumente al mismo ritmo, al menos, que los afiliados a las oficinas del INEM, en una tenebrosa indiciación que sólo sesudos estrategas monclovitas pueden pergeñar.

Este es un Gobierno a la deriva, dirigida por un personaje que sólo piensa en perpetuarse en Moncloa durante los próximos siglos. Frente a él tiene a un Mariano Rajoy sólo pendiente de perpetuarse, fumando puros, como líder de la oposición y unos partidos nacionalistas que se miran el ombligo con tremendo placer. La macedonia intelectual en la que se mueve el centro reformismo del PP se deja ver en una de sus puntales, Ana Mato, quien se permitió hablar al derecho al aborto. Oiga, y no hay más.

¿Regeneración pendiente? Sí, pero no es posible cambiar de obra con los mismos guionistas.

Por el momento habrá que conformarse con la rumoreada crisis de Gobierno. Hoy mismo la cadena SER insistía en el cese de Pedro Solbes, y probablemente en el de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández De la Vega, para después de la reunión del G-20, aunque otros prefien retrasar la remodelacin tras las elecciones europeras. En cualquier caso, un Gobierno quemado... y una clase politica podrida.
Eulogio López

eulogio@hispanidad.com