Y no es una buena noticia. No obstante, que levante la mano cualquier miembro de cualquier Gobierno, de las últimas décadas claro, que no haya intentado meter un gol por la escuadra, que diría Magdalena Valerio, en este sentido. Y a lo que vamos porque Funcas, con la actualización de sus previsiones que hemos conocido esta semana, viene a decir algo así: después de nueve años consecutivos de reducción del déficit público, en 2019 se frenó el ajuste. La Fundación de las Cajas de Ahorro estima que España cerró el año 2019 con un déficit público del 2,5%. Cifra idéntica a la de 2018, lo que significa que el ajuste se quedó en un plano fijo el año pasado, y eso a pesar de que el ciclo económico seguía animando a los indicadores.

Las previsiones de Funcas echan por tierra el plan del Gobierno, que en octubre se comprometió con la reducción del déficit al asegurar que lo bajaría hasta el 2%. Si finalmente se confirman las estimaciones de la Fundación, la desviación será superior a los 6.000 millones de y terminará con la ilusión de alcanzar el primer superávit primario en los últimos doce años. Las previsiones de Funcas se alinean con otras ya hechas públicas lo que deja más descolgado al cuadro macroeconómico del Gobierno, que ya huele a rancio.

Las medidas de aumento de los ingresos como la subida de las bases de cotización mínimas y máximas y el crecimiento económico no han sido insuficientes para compensar el incremento del gasto 

A pesar de que la Fundación no se detiene en las causas, lo cierto es que el parón político e institucional, con el no a los PGE de 2019, repeticiones electorales varias y un periodo de más de medio año en el que el Gobierno ha estado en funciones, parece que son los principales culpables. Una interinidad que se ha traducido en la falta de medidas en busca del equilibrio fiscal, aunque no es la única razón.

Las medidas de aumento de los ingresos, en especial de la Seguridad Social con la subida de las bases de cotización mínimas y máximas, y el crecimiento económico no habrían sido insuficientes para compensar el incremento del gasto aprobado por el Ejecutivo al inicio de 2019 con los 'viernes sociales' como las subidas del salario de los funcionarios, de las pensiones, la recuperación del subsidio por desempleo a mayores de 52 años o la flexibilización del techo de gasto para ayuntamientos y comunidades autónomas, provocaron que el gasto público creciera por encima de los ingresos.

Asi que Funcas, en este escenario, contempla que en 2020 el déficit se reduzca, como mucho, una décima y que se quede en el 2,4% del PIB

Mientras, respecto a la evolución del PIB, espera que la economía española crezca solo un 1,5% este año, que se recupere en los siguientes, con alzas del 1,7% en 2021 y 2020 y que la desaceleración económica toque fondo en a mediados de 2020. Eso sí: solo si se mantiene una 'paz' comercial y no se recrudece la guerra arancelaria entre Estados Unidos y la Unión Europea. La gestión del Brexit también será clave en este sentido y, por supuesto, las políticas económicas del Gobierno de coalición.

La Fundación de Cajas de Ahorro estima que el país cerró el año 2019 con un déficit público del 2,5%. Cifra idéntica a la de 2018

El mercado laboral se verá especialmente afectado. Aunque se generarán cerca de 800.000 empleos netos durante los próximos tres años, será un 40% menos que en el anterior trienio. Funcas prevé que la tasa de paro baje al 11,1% en 2022.

El superávit primario tendrá que esperar

El Gobierno lanzó uno de los anuncios más importantes de su compromiso con la estabilidad presupuestaria, sobre todo para los inversores, pocos meses después de que triunfará la moción de censura sobre el Gobierno de Mariano Rajoy: “Por primera vez desde 2007, España va a registrar superávit primario, descontados los intereses de la deuda pública, lo que implica reducir la deuda”, anunció por aquel entonces Nadia Calviño.

Decía un experto en economía que el superávit primario es una “sosa noción contable”. “Es sencillamente la parte de los ingresos fiscales por impuestos y contribuciones que el sector público destina a pagos financieros: intereses y amortizaciones de deudas. En muchos países es un aspecto menor, pero asume una importancia crucial en los países altamente endeudados, como España”.

Respecto a la evolución del PIB, Funcas espera que la economía crezca solo un 1,5% este año y que se recupere en los siguientes, con subidas del 1,7% en 2021 y 2020 

Bruselas le dio una ‘palmadita en la espalda’ al Gobierno cuando oyó a Calviño. La Comisión lo dio por bueno y estimó que lo conseguiría aunque no se aprobasen los Presupuestos Generales del Estado.  Sin embargo, las políticas de gasto aprobadas en los últimos meses, vía del decreto, han terminado definitivamente con esta posibilidad.