Bicicletistas. El Tribunal Supremo ha hecho bien y no hay que escandalizarse: lo que hay hacer es bajar las cuotas
La relación laboral de Deliveroo y Glovo con sus repartidores es un debate que no cesa y que esta semana ha vuelto a tomar protagonismo porque la justicia ha decretado que los 'riders' de Deliveroo son trabajadores de la empresa y no autónomos. No eran simples colaboradores, sino falsos autónomos que entre 2015 y 2017 debían haber sido contratados como asalariados. El juez da la razón a la Inspección de Trabajo: Deliveroo mantenía una relación con sus repartidores que se negaba a reconocer. Es la sentencia más relevante dictada hasta ahora porque la empresa, que ya ha anunciado que recurrirá, tendrá que reconocerlos como trabajadores y tendrá que hacerse cargo de los distintos pagos por cotizaciones. La Tesorería de la Seguridad Social reclama a Deliveroo un total de 1,2 millones de euros en cotizaciones pendientes de ser pagadas.
Se trata de un debate que se produce al mismo tiempo que estas plataformas no dejan de crecer y ganar clientes. Según datos de Adigital, correspondientes a 2018, han sumado más de tres millones de clientes finales en sólo dos años, con más de 19 millones de pedidos, 10 millones más que en 2016, lo que supone un crecimiento del 106%. En el último año, los servicios delivery han generado más de 14.000 empleos y el impacto total en términos de aportación al PIB ha sido de 643 millones de euros; para 2020 se prevé que supere los 2.000 millones.
La Tesorería de la Seguridad Social reclama a Deliveroo un total de 1,2 millones de euros en cotizaciones pendientes de ser pagadas
Tal es el crecimiento del 'delivery' que el 17% de la facturación de los resturantes en nuestro país proviene de ese canal, según un informe realizado por Marcas de Restauración junto a KPMG y NPD Group.
Una aclaración, se llama delivery al servicio de reparto que ofrece una empresa para entregar sus productos en el domicilio del comprador. El reparto se realiza por los riders que se movilizan en motocicleta o en bicicleta, aunque el delivery también puede desarrollarse en automóvil o incluso a pie.
Los defensores de este sector señalan que este modelo destaca por su "flexibilidad" y que es una alternativa para terminar con el paro juvenil en España que se acerca al 40%.
En este sentido, y según refleja una encuesta realizada por la Asociación de Internautas a trabajadores e Glovoo y Delivero, la mitad de los repartidores de empresas de delivery eran desempleados, el 21%, o vivían en el extranjero, el 19%.
El 36% de los encuestados asegura que empezó a trabajar en este sector por la "facilidad para empezar a colaborar y generar ingresos". De hecho, más de la mitad de los trabajadores conoce las condiciones de todas las plataformas disponibles antes de empezar a colaborar con ellas.
Estas plataformas no dejan de crecer y han sumado más de tres millones de clientes finales en sólo dos años, con más de 19 millones de pedidos
Entre las razones para empezar a repartir, el 18% lo hizo por la imposibilidad de encontrar otro trabajo, el 29% por la flexibilidad horaria y el 17% para obtener un complemento a los ingresos actuales. Más de un tercio de los encuestados asegura que su objetivo es "ahorrar para llevar a cabo un proyecto propio". Un 25% lo hace mientras "encuentra un trabajo que se ajuste a su trayectoria profesional".
Lo cierto es que hace no muchos años un porcentaje muy pequeño de la población pedía comida a domicilio en nuestro país y además eran escasos los restaurantes que ofrecían ese servicio. Sin embargo, con la irrupción de la digitalización y los nuevos hábitos de consumo el modelo ha cambiado. El reparto a domicilio se ha convertido en una oportunidad para los restaurantes que mejoran así sus ventas.
Es más, ante este panorama de crecimiento imparable, empresas, incluso fondos de inversión muestran interés y actúan para formar parte de un negocio que no para de crecer y que tiene una proyección imparable. Por ejemplo, el grupo Amrest, que controla La Tagliatella y que en Europa gestiona Burger King y KFC, se hizo el verano pasado con el 10% de Glovo por 25 millones de euros tras una ampliación de capital de la plataforma de reparto a domicilio. Una operación que la propia Amrest destacaba como “un paso importante” para afianzarse en la tecnología y la restauración.
El grupo Amrest, que controla La Tagliatella y que en Europa gestiona Burger King y KFC, se hizo el verano pasado con el 10% de Glovo, por 25 millones de euros
También y el pasado mes de diciembre, el fondo KKR anunció una opa de exclusión sobre Telepizza por 430 millones de euros. KKR tuvo en cuenta la larga experiencia de la empresa, con más de treinta años desarrollando el modelo de reparto a domicilio, que cuenta con su propia flota lo que la convierte en la cadena más grande del sector en España.
Otra compañía que se ha estrenado en el reparto de comida a domicilio es Repsol. La multinacional, a través de Klikin, empresa tecnológica de la que controla un 70%, firmaba en 2018 una alianza con la compañía de mensajería EcoScooting especializada en la llamada “última milla” de los repartos que ofrece a los restaurantes la posibilidad de gestionar y optimizar sus pedidos lo que supone una ahorro importante en los costes de personal.
La llamada ‘última milla’, es decir, “lo quiero rápido, antes y si puede ser gratis, mejor” o entrega a domicilio se ha convertido en una carrera para ver quién sirve el primero y al mejor precio.