El secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, con la ministra Nadia Calviño
Lo ha dicho esta misma semana Laurence Boone, economista jefe de la OCDE, que España es uno de sus "países favoritos" por el crecimiento que ha registrado. Y lo decía el pasado mes de marzo la directora de Gabinete de la Organización para el Cooperación y Desarrollo Económicos con sede en París, Gabriela Ramos: “Hay Gobiernos que nos dan confianza, que se nota que están intentando hacer las cosas bien”. Ramos alababa así al Gobierno del PSOE por tener "la valentía" de paliar las desigualdades económicas.
Y es que, el pasado martes, la OCDE publicaba sus previsiones de crecimiento mundial y ha alabado, de nuevo, la subida del Salario Mínimo Interprofesional aprobada por el Gobierno español.
El organismo prevé que la economía española crezca este año un 2,2%, esto es, cuatro décimas menos que en 2018
Boone señala que la economía española está registrando un buen comportamiento y que la subida del SMI hasta los 900 euros al mes contribuye a un crecimiento del país "más inclusivo". Ha dicho también que a pesar de que la subida del SMI ha sido fuerte, ha servido para equipararlo a un nivel cercano a la media de los países de la organización.
Así que no es la primera vez que la OCDE le da una palmadita a Sánchez ya que en esta ocasión también ha avalado la proyección fiscal del Ejecutivo de que el déficit público bajará hasta el 2% en 2019, aunque ha reconocido que existe "potencial para introducir cambios en la combinación de impuestos", para perseguir el mismo objetivo que proclama el Gobierno: "impulsar el crecimiento y reducir las desigualdades".
Además, y en sintonía con otras proyecciones internacionales, la Organización deja a España al margen del recorte en sus previsiones. El organismo prevé que la economía española crezca este año un 2,2%, esto es, cuatro décimas menos que en 2018. Y de cara a 2020 se mantiene esta ralentización moderada hasta el 1,9%. Esto significa que ha mantenido sin cambios la previsión de crecimiento de su anterior informe de Perspectivas Económicas, publicado en noviembre. Cifras que llaman la atención, si se tiene en cuenta que ha dado un recorte a la eurozona de 0,6 puntos porcentuales.
El secreto de la 'rebeldía' ante la desaceleración de la economía española está en la demanda interna
Los países más perjudicados son Alemania, Italia y Holanda, que sufren un recorte de 0,9 puntos en su previsión de crecimiento. Todos ellos se están viendo afectados por la ralentización de las exportaciones, que pasa factura a su industria. Además, la crisis del automóvil tampoco está saliendo gratis, en especial Alemania, que estuvo al borde de la recesión en el último trimestre de 2018.
España es el único gran país europeo que mantiene la tensión del ciclo con un crecimiento por encima de su potencial que según las estimaciones oscila entre el 0,5% y el 1,5%. De esta forma, la economía doméstica crecerá casi el doble que la eurozona este ejercicio ¿Por qué? Pues el secreto de la rebeldía ante la desaceleración de la economía española está en la demanda interna. Seguimos creciendo y creando empleo gracias al dinamismo interno, es decir, gracias a usted y a mí, y eso lo saben en París.
El sistema fiscal español depende todavía demasiado de los ingresos que obtiene de las rentas del trabajo de sus ciudadanos a través del IRPF
Sin embargo, Gurría le plantea varias enmiendas a los planes del Ejecutivo porque, y aunque comparte con el Gobierno el diagnóstico de la posibilidad de utilizar el marco fiscal para favorecer el crecimiento de la economía y reducir la desigualdad entre los españoles, está en contra de la senda proyectada para conseguir esos fines. Mientras, el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido apuntar a lo que denominan los grandes contribuyentes, es decir, las grandes empresas multinacionales de capital español y los particulares con una posición patrimonial y de renta más acomodada, la OCDE considera que el sistema fiscal español depende en exceso y todavía de los ingresos que obtiene de las rentas del trabajo de sus ciudadanos a través del IRPF y que mejor nos iría a todos si redujera la presión en ese impuesto y optara por incrementar la presión en otros ámbitos como la fiscalidad ambiental, los llamados 'impuestos verdes', y el IVA, donde España se sigue destacando como el país europeo que más recaudación pierde por el juego de los tipos reducidos y superreducidos. En esto último, y en mi humilde opinión, no sé si nos iría mejor a todos.