Cuando estamos viviendo la irrupción en nuestra vida diaria de la IA , para bien y para mal, se estrena este film que plantea aparentemente un tema nuevo pero que ya abordó Stanley Kubrick en su visionaria 2001. Odisea del espacio: ¿qué ocurre cuando la máquina, en este caso un programa, se rebela contra su creador y decide tomar sus propias decisiones, en este caso correctas? A más a más,  Tron: Ares también toma elementos de la genial Blade Runner porque plantea una IA con sentimientos y más humana que los propios seres humanos. Porque la propuesta de este film  es si realmente la IA, dentro de unos años, llegará a pensar por si misma y experimentar sentimientos. Pero, hasta ese momento Tron: Ares es un largometraje visualmente apabullante y con un ritmo muy rápido que claramente va dirigido a un público joven que busca simplemente en el cine un producto entretenido. Eso lo consigue con creces.

Nuevo capítulo de la franquicia del mismo título que indaga en qué ocurre cuando el mundo real y el digital se entrechocan. Cine de palomitas, esta aventura de acción presenta a Ares, un  programa digital muy sofisticado que es enviado al mundo real con la misión de encontrar un código de permanencia. Pero cuando tiene un primer contacto con los humanos, esta criatura de IA empieza a evolucionar en conciencia y sensibilidad. Jared Leo protagoniza y es productor de este film de Disney.

A destacar, que una de las opciones de los responsables de la película, para aportar más calidad técnica al largometraje, es que muchas escenas se rodaron en decorados reales, un ejemplo es la impactante  persecución en motos de luz. Es decir, hay magníficos efectos visuales en el desarrollo del film, pero no se abusa de ellos.

Para: los que vieron las anteriores entregas de Tron y les gustaron.