Asger Holm es un exoficial de policía que, a la espera de un juicio por algo que ha sucedido en su trabajo, ha sido relegado a realizar funciones de operador en el servicio de emergencias. En ese lugar recibe la llamada de una alterada mujer que tiene los visos de haber sido secuestrada. Asger iniciará una carrera contra reloj para salvarla.

Un video de Youtube, que reflejaba la grabación de sonido de una dramática llamada telefónica a un servicio de urgencias real, inspiró al joven director danés Gustav Möller (solo tiene 30 años) para escribir y dirigir este thriller que se ha convertido en una de las mejores películas europeas del año, ganadora de varios premios, además de haber sido elegida para representar a su país en los Oscar.

Comparada con razón con Buried, la estupenda película de nuestro compatriota Rodrigo Cortés, juega con los mismos elementos que ésta: un escenario cerrado donde un hombre se enfrenta a un suceso muy adverso y su única arma para solucionarlo es un teléfono. Evidentemente, para una película de estas características, se necesita un buen guión, imprimir mucho talento en el ritmo y una actuación perfecta del protagonista, y esas tres cuestiones se resuelven de forma admirable consiguiendo un film de suspense que cuenta con giros argumentales bien trazados y en el que se mantiene la intriga de principio a fin.

El largometraje juega, para mantener la tensión narrativa, a demostrar que el ser humano tiene su parte de miseria pero, afortunadamente, también de grandeza y, precisamente ésta última es la que le da paz interior.

Resulta original y pertinente en estos tiempos donde la violencia doméstica ha pasado a tener, en algunos informativos televisivos, siempre la connotación de machista, como si solo los varones ejercieran estos comportamientos malvados sobre seres del otro sexo. La cinta también advierte contra la facilidad que tenemos de prejuzgar a los demás sin tener claras las cosas.

Para: los que les agrade el cine inteligente y de calidad