Con giros inesperados sobre el encuentro entre Oriente y Occidente y la diferencia de clases, el conflicto que se plantea en este relato es entre dos formas de ver la vida, lo que sirve para hacer reflexionar hacia dónde se encamina Occidente con su consumismo, su falta de valores y su hedonismo, donde la búsqueda de placer no tiene límites.

David y Jo Henniger, una pareja de británicos de clase social alta que arrastran una crisis matrimonial, deciden aceptar  la invitación de un viejo amigo a su lujosa mansión en medio del desierto donde se va a celebrar una auténtica bacanal. Sin embargo, lo que estaba llamado a ser un fin de semana de vacaciones se complica cuando, en el camino a la fiesta, David, que conduce ebrio en la oscuridad del desierto, atropella a un joven marroquí que se cruza súbitamente en su camino. A los pocos días, aparecerá en la mansión el padre del muchacho con una singular petición: que le acompañe a dar sepultura a su hijo.

Adaptación de la novela homónima del escritor y periodista británico Lawrence Osborne. Como en anteriores obras suyas como “El turista desnudo” o “Cazadores en la noche”, presenta los dilemas en los que se ven inmersos los occidentales cuando viajan a otros países del extranjero  que cuentan con costumbres diferentes y, en el caso de los musulmanes, que nos consideran infieles, más aún si como ocurre en esa fiesta se cometen todo tipo de excesos que contemplan atónitos los criados marroquíes.

La historia, con una dosis muy lograda de suspense, coloca frente a frente a un hombre, el occidental, que ya ha perdido todo tipo de valores, con el musulmán, que tiene unas ideas enraizadas sobre el castigo. Algo que nos hace recordar que prácticamente es el cristianismo la única religión que considera como fundamental el arrepentimiento para llegar al perdón.

Ralph Fiennes, consagrado como estrella en los años 90 gracias a su romántico papel en El paciente inglés, vuelve a las tierras del desierto para afrontar un personaje amargado, que ahoga su falta de sentido de la vida en alcohol y a quien asombrará la personalidad del progenitor del chico fallecido. Le acompaña muy bien la actriz Jessica Chastain.

Para: los que les agraden los relatos para reflexionar aunque lleven implícitos una buena dosis de desesperanza sobre la sociedad occidental actual.