Desde el tren que les conduce a Auschwitz a una familia judía, el padre, en un gesto desesperado, arroja a una de sus hijas, un bebé, a la nieve, donde es rescatada por una humilde pareja de leñadores. Esa mercancía preciosa les cambiará la vida.

El director Michel Hazanavicius, ganador del Óscar por The Artist adapta un emotivo cuento homónimo de Jean-Claude Grumberg, ambientado en la Segunda Guerra Mundial. 

Nueva historia sobre el holocausto  que, de alguna forma, reivindica que la única arma contra la barbarie es el amor y la valentía. La humilde pareja de leñadores de este relato, como ocurrió en la vida real con las personas que cobijaron a los judíos perseguidos por el Tercer Reich, sabían perfectamente al peligro que se exponían pero juzgaron que era una injusticia lo que estaba ocurriendo y merecía la pena. No fueron muchos, pero todos ellos como, por ejemplo, la enfermera Irena Sendler (que salvó a 2500 niños del gheto de Varsovia) arriesgaron sus vidas por una buena causa.

Con un dibujo, en dos dimensiones, sencillo pero muy expresivo, las bellas imágenes nos muestran los denominados trenes de la muerte, el humo de las chimeneas de los campos de exterminio pero, realmente,  la fuerza de La mercancía más preciosa es que posee un título que expresa la verdad: nada hay más hermoso que un bebé, por ello esta historia, donde no faltan los villanos, es tan bonita y tan conmovedora.

Para: los que les agraden los cuentos conmovedores y con mensaje