En la familia Dumar la tradición consiste en que se transmite, de padres a hijos, la profesión de directores de orquesta. Mientras el padre, el veterano François, ya está a las puertas de terminar una larga y brillante carrera internacional, Denis, su talentoso hijo, no deja de recibir premios, el último el Victoire de la Musique Classique. Así que cuando a François le informan que ha sido elegido para dirigir en La Scala, se siente feliz puesto que era su último sueño. Denis está encantado con ese encargo hasta que descubre que ha habido una confusión, un equívoco, porque es él, realmente, quien ha sido elegido para ir a Milán…

El título de la película, Maestro(s), da pistas sobre el contenido de este film que habla de la compleja relación entre un padre y un hijo, ya adulto, que comparten la misma profesión puesto que ambos son afamados directores de orquesta.

Es toda una delicia asistir al recital interpretativo que brindan Yvan Attal y Pierre Arditi, los dos protagonistas. Ya que en este film resulta igual de interesante el conflicto personal entre padre e hijo como la parte musical de la película. En el primer caso porque describe con bastante acierto la sombra alargada y la responsabilidad que se cierne sobre muchos hijos cuando quieren ser como sus padres, fantásticos artistas.

Pero ese apartado dramático posee tanta enjundia en el desarrollo del film como el musical, aquí el director Bruno Chiche ha declarado que hizo una inmersión para esta película leyendo el libro de entrevistas que el escritor Haruki Murakami hizo al director de orquesta japonés Seiji Ozawa. También buscó asesoramiento musical para las piezas que se escuchan en la película y el resultado no puede ser más armonioso incluyendo momentos musicales de obras de Antonín Dvorák, Beethoven, Brahms etc… Sin olvidar añadir música original en el film, en concreto de Florencia Di Concilio.

Inspirada en Footnote (Pie de página), del director y guionista israelí Joseph Cedar, que situaba el conflicto entre un padre y un hijo expertos en Talmud, como en aquella esta historia está aderezada de humor sutil e ingenioso.

Mientras todo el argumento refleja ese afán de superación de algunos hijos, aquí sin querer ofender a su progenitor, porque lo hay entre ambos, a pesar de las diferencias, es mucho cariño.

Para: los que les gusten las comedias dramáticas bien interpretadas.