Muy bien valorado por el público y crítica desde 2020 por su drama El padre, donde el director Florian Zeller mostraba con sensibilidad y veracidad los estragos y el dolor que puede producir una demencia senil en el seno de una familia. El hijo constituye la segunda entrega de la trilogía de este profesional sobre el tema de la salud mental.

La ajetreada pero placentera vida de Peter con su joven pareja Beth, y su bebé, se descuadra cuando aparece en escena su exmujer, Kate acompañada de su problemático hijo adolescente, Nicholas. Este comienza a vivir con él, lo que inexorablemente cambiará para siempre la vida de esa nueva familia.

Zeller ha manifestado que El hijo es la película  que ha querido dirigir durante años, porque le gusta contar historias sobre familias y las diferencias generacionales. Pero este drama también habla del sentimiento de culpa que, a veces, portan los padres sobre cómo educaron a sus hijos, si estuvieron a la altura de las circunstancias.  

Uno de los apartados más difíciles de afrontar en una película de estas características, donde se refleja el estado anímico de los personajes ante una difícil coyuntura familiar, es que el trabajo de la cámara sirviera para reflejar perfectamente los estados emocionales. En ese sentido Zeller trabajó, codo a codo, con el director de fotografía Ben Smithard. Así, en los momentos más dramáticos del film decidieron utilizar cámaras portátiles que, curiosamente, se traducen en que las escenas más trágicas estén fuera de cuadro, con la intención de que el lenguaje visual permitiera al espectador interpretar la película a su manera. Es decir, Zeller forma parte de ese grupo de directores que quiere espectadores activos.

Que tenía muchas ambiciones sobre este film se palpa en la buena elección de intérpretes donde no solo volvemos a encontrar, como en su anterior film, El padre, al veterano actor Anthony Hopkins sino que encabeza el reparto Hught Jackman, bien secundado por Laura Dern y Vanessa Kirby y, por supuesto, por Zen McGrath que interpreta al joven Nicholas, que aporta una mirada inquietante a su personaje.

El hijo supone una adaptación de la aclamada obra de teatro, que forma parte de la trilogía escrita por el mismo director Florian Zeller, junto Christopher Hampton, ambos ganadores de un Oscar en la parcela de guión.

No hace falta mencionar que El hijo pone sobre el tapete uno de los grandes problemas actuales, que se han acentuado tras la pandemia, sobre el estado mental de muchos de nuestros jóvenes y adolescentes a los que les falta encontrar el sentido de su vida y caen en la depresión. Aquí también el espectador deberá sacar sus propias deducciones sobre a qué obedece. Sin embargo, y a pesar de los indudables aciertos en la temática, algo falla en el ritmo y la plasmación porque la película es fría y poco emotiva.   

 Para: los que les guste reflexionar sobre temas de calado de la actualidad. Aunque esta película plantea preguntas pero no respuestas.