Fresco sobre las pasiones humanas llevadas hasta el extremo, con una dureza argumental extrema y con escenas sórdidas explícitas. Realmente lo que hace destacada esta película es su belleza visual, que resulta espectacular.  Y es que, como hicieron en el año 2018 en Loving Vincent, este film impacta porque se rodó primero con actores en escenarios reales para después ser pintado al óleo, lienzo a lienzo, fotograma a fotograma, por más de 60 artistas en estudios de Polonia, Serbia y Ucrania. Lo que dota a esta cinta de una hermosura incuestionable.

Todo para narrar que la belleza puede convertirse en una maldición. En nombre de la tierra está basada en la novela “Los campesinos” escrita en 1924 por el premio Nobel de Literatura W.S.Reymont. Un drama áspero que describe  l ambiente cerrado y duro de la campiña polaca de comienzos del siglo XX.

Jagna es una joven de una familia humilde dotada de una gran belleza, que es la envidia de muchos miembros de su comunidad, un lugar donde las disputas son constantes entre ricos y pobres, solo unidos por el orgullo que sienten por la tierra que les da de comer. Casada por conveniencia con el granjero más poderoso del lugar, un hombre de avanzada edad, ella sigue manteniendo una relación secreta con Antek, precisamente el hijo de su marido.

Además de su trabajo en la dirección, el matrimonio polaco formado por DK y Hugh Welchman buscaron los artistas y estilos pictóricos que mejor mostraban la época y atmósfera de la historia original (un relato de más de 1000 páginas) para conseguir plasmar en la película tal como W.S. Reymont lo describe en su obra. Lo que ha dado como resultado un trabajo deslumbrante, con constantes imágenes que son preciosos cuadros tanto de paisajes como de retratos de los que desfilan por la pantalla.

Para: los que quedan impactados con la belleza formal de Loving Vincent.