Seis años más tarde del estreno de la anterior película del superhéroe mago, llega esta propuesta que explota ese nuevo filón del cine fantástico , el denominado concepto del multiverso: ya saben el término que define la existencia, presumiblemente, de infinitos universos paralelos donde cada uno alberga todo lo que ya existe. En Spiderman ya lo hemos visto y ahora le toca el turno al Doctor Strange.

Si en esa primera entrega se presentaba a ese doctor convertido en superhéroe, tras recuperarse de un accidente en un extraño lugar conocido con el nombre de Kamar-Taj, ahora, plenamente convencido de su papel de salvador del mundo, se asigna la misión de proteger la vida de América Chávez, una chica que tiene el poder de cruzar a diferentes universos, lo que la hace objeto de deseo de la Bruja escarlata, convertida en esta ocasión en la malvada de la función.

Con un guión, obra de Michael Waldron, recientemente productor ejecutivo y escritor de la serie “Loki” de Marvel Studios para la plataforma Disney+, esta película coincide con su antecesora por una apuesta ambiciosa en el apartado de efectos visuales, con escenas muy oscuras, pero es menos divertida porque posee toques terroríficos y cuenta con un argumento más enrevesado donde sobran diálogos algo pedantes difíciles de seguir de puro alambicados. Mucho panteísmo en su contenido y toque de ideología de género, no olvidemos que Marvel forma parte de la factoría Disney, puesto que la adolescente viajera que puede saltar de universo en universo tiene dos madres.

El gran actor Benedict Cumberbatch vuelve a encarnar al Doctor Strange, con una personalidad menos pagada de si misma que en la primera película, más aún porque en ésta emprende un viaje de autodescubrimiento que lo hace más comprensivo con otros seres humanos y donde vemos su faceta más romántica. Le da muy bien la réplica como adversaria Elizabeth Olsen que ha interpretado a la poderosa bruja Wanda desde 2014, cuando apareció por primera vez en Capitán América: El Soldado de Invierno. Aquí vuelve a demostrar que es una gran actriz, en el papel más lleno de matices y más atractivos de la película.

Todo el film da vueltas a lo que somos y a lo que presumiblemente querríamos ser en esos universos paralelos, si tuviéramos la oportunidad. Ni que decir tiene que no merece la pena darle vueltas a cómo es posible que un mismo personaje se encuentre frente a frente con su réplica en otro universo. Todo se justifica en que estamos ante un relato fantástico, de cómic, donde todo es posible: tanto es así que puedes vivir en un universo y haber fallecido en otro. Se aprecia la excelente dirección de Sam Raimi, que ya tenía experiencia en las películas de superhéroes. Dirigió y produjo Darkman, en el año1990, y la trilogía original de “Spider-Man".

Para: los que no se aburran de tantos superhéroes.