Transcurrido un año desde la muerte de su hija adoptiva, Isabelle, una mujer canadiense, viaja hasta Vietnam, que era la tierra natal de la menor, en un intento de volver a conectarse emocionalmente con ella. En esa aventura, Isabelle indaga sobre el origen de la fallecida, descubriendo un secreto hasta entonces desconocido por ella.

Poética película sobre la dificultad de aceptar la muerte de un ser querido y los mecanismos emocionales para superar el dolor, todo ello enmarcado en una travesía física y sentimental.

Candidata al Oscar a Mejor Película Internacional por Canadá, 14 días,12 noches resulta hermosa tanto en forma como en fondo, porque, por un lado, transcurre en bellos parajes naturales de ese país asiático y, por otro, su contenido está repleto de mensajes positivos que nos hablan de la identidad, la empatía con personas diferentes culturalmente y, sobre todo, del perdón.

El excelente duelo interpretativo entre la veterana Anne Dorval y Leanna Chea, que  realizan su actuación mezclando silencios expresivos con diálogos llenos de respeto y comprensión hacia la otra, se complementa con flash-back que nos recuerdan el pasado de ambas y también momentos de la vida de la hija anhelada y perdida. Tras el guión de esta película se encuentra Marie Vien, especialista en cine femenino que no feminista, a la que recordamos por la recomendable La pasión de Augustine.

Al fondo de esta historia de amor materno filial, donde queda demostrado nuevamente que el cariño de unos padres adoptivos es igual al de los progenitores biológicos, se analiza los resentimientos que quedan tras cualquier conflicto bélico, algo que escuchamos en los labios de una de las cuidadoras del orfanato donde pasó Clara su primer año de vida: “Primero mataron a nuestros padres en la guerra y luego nos arrebataron a nuestros hijos”. También interesante recordatorio de las presiones que las familias hacían, hace décadas,  sobre sus hijas menores cuando se quedaban embarazadas y que provocó tantos sinsabores.  

De ritmo pausado, se toma tiempo en narrar estos acontecimientos, algo que algunos espectadores agradecerán en un mundo actual en el que todo pasa demasiado rápido.

Para: los que les gusten los dramas tratados de forma realista y emotiva.