¿Y si recuperamos la celebración de la Sagrada Familia en la calle? Porque llega la Iglesia clandestina
No vendría mal que el cardenal Osoro recuperar la convocatoria del cardenal Rouco, su antecesor en el obispado de Madrid. El domingo de la Sagrada Familia, último del año, sacaba a las familias a la calle y desde la Plaza de Colón oficiaba una Eucaristía.
Es más, se planteó en su momento que hubiera otra salida a la calle, esta vez no a favor de la familia, sino de la vida: el día de la Anunciación, 25 de marzo, nueve meses antes de la Navidad, el día del Niño por nacer.
No está mal eso de salir a la calle ahora que a los católicos nos han echado de las calles y antes de que llegue la Iglesia clandestina… a la que parecemos abocados.
Tenemos la obligación de recuperar el sentido del voto
Los cristianos defendemos la familia natural, que es la familia tradicional. Un señor se enamora de una señora, tras mirarse a los ojos ambos empiezan a mirar en una sola dirección, justo después de realizar un voto.
Como hemos perdido el sentido del voto, pero la vida no deja de ser un voto, habrá que recordar que hablo de un compromiso y de una donación. Voto de fidelidad y voto de entrega.
Y por ese voto se consigue un esplendido rendimiento.
La cosa tiene carácter de urgencia.