Un homosexual australiano anuncia sin reparos que tendrá un bebé con su hermana
- Y es que es su hermana la que donará sus óvulos para la fecundación in vitro con el semen de la pareja homosexual.
- Pero el escándalo, que supera barreras éticas y limitaciones biológicas, encanta a los implicados y a la familia, muy progre ella.
- Más ingredientes de esta turbia historia: el vientre de alquiler será "preferiblemente el de una mujer que ya tenga familia".
- Pero el protagonista no entiende el revuelo que ha organizado ni la críticas que recibe: dice que son "reacciones instintivas".
El escritor australiano Samuel Leigton-Dore, un joven homosexual (tiene 25 años), quiere tener un hijo con su novio, el fotógrafo Bradley Tennat, y no se le ha ocurrido otra cosa que liar en el invento el semen de éste con los óvulos que donará su hermana Bronte (en la imagen de Instagram junto a su hermano). Esta es en esencia una desagradable historia a la que suman ingredientes de tanto o peor gusto, como lo que declara su protagonista y lo bien que le parece a todas las partes, incluida su familia. El escándalo, que traspasa todos los límites de la ética natural -esa que no requiere mayor exigencia que acogerse a un código elemental de decencia- está ocurriendo en Australia, y llegará hasta el final si no se detiene. En el guión, además, figuran numerosos ingredientes: fecundación in vitro, homosexualidad, gestación subrogada (o vientres de alquiler) y, sobre todo -lo más lamentable-, la ruptura de limitación biológica para colmar un capricho; en este caso, fruto de un deseo. Ha sido el diario sensacionalista Mirror el que ha dado los últimos ingredientes de esta macabra historia con una entrevista al protagonista, de Sidney. Algunas perlas. No tiene ningún reparo en decir que su hermana está entusiasmada con la idea de que será su óvulo el que se mezcle con el esperma de su pareja. Y tampoco que será una mujer, "preferiblemente alguien que ya tenga una familia propia", la que lleve el feto en el vientre durante nueve meses". Su hermana no será reconocida como la madre, pero según el elemento "será una tía especial o una hada madrina", porque "siempre es importante para un niño tener una fuerte presencia femenina en su vida". Ojo, pero espera "que no cruce su crianza". Insisto, no sólo rompe la ética natural, también una auditoría mínima de sentido común. Tampoco sus padres, bastante progres -que por eso "tienen una mentalidad muy abierta"- ponen reparos al experimento. Por ese motivo, dice, "la discusión no ha sido tan complicada como algunos podrían esperar. Tenemos suerte". Dato sorprendente porque si algo queda en cuestión es precisamente la familia natural. La guinda de lo sorprendente culmina con la interpretación que hace el prota de esta historia de la retahíla de críticas y reproches que ha recibido en las redes sociales: "Siempre habrá reacciones instintivas en los titulares pero no conocen la historia completa". Andrés Velázquez andres@hispanidad.com