- El mandatario había apuntado varias veces a la ruptura el tratado (NAFTA) si no mejoran las condiciones para Estados Unidos.
- Por ejemplo, proteger el empleo y los intereses de las compañías estadounidenses.
- Su baza para negociar es que sabe que Canadá, y sobre todo, México, tienen mucho que perder en caso de ruptura.
El presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, presentó ayer miércoles su anunciado plan de
reforma fiscal, "el mayor de la historia", según proclamó, que incluye importantes recortes de impuestos para las empresas - del 35% actual al 15%- y reducción de los tramos del IRPF de siete a tres para los trabajadores (10%, 25% y 35%), así como una rebaja de, 39% al 35% para los más ricos y la supresión del impuesto de sucesiones.
Tanto demócratas como conservadores criticaron la reforma, que no detalla cómo se compensará la pérdida de ingresos ni su repercusión en el déficit.
En ese contexto, además, Trump accedió también este miércoles a última hora a no retirar "por el momento" al país del
Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA), informa
El Economista.
En un breve comunicado, la Casa Blanca ha informado de que Trump ha mantenido sendas conversaciones con el presidente de
México, Enrique Peña Nieto, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, contactos que ha calificado de "amables" y "productivos".
"El presidente ha aceptado no poner fin al NAFTA por el momento y los líderes han acordado continuar, de forma rápida y según sus procedimientos internos, a permitir la renegociación del tratado para beneficio de los tres países", ha indicado Washington.
"
Es un privilegio poner el NAFTA sobre la mesa a través de una renegociación", ha indicado el presidente, tras las conversaciones. "Y es un honor negociar tanto con (Enrique) Peña Nieto como con (Justin) Trudeau, y creo que el resultado final hará a los tres países más fuertes y mejores", ha concluido.
Esta decisión choca frontalmente con las informaciones publicadas con anterioridad que apuntaban a que Trump ya tenía sobre la mesa el borrador de una orden ejecutiva para poner fin al tratado.
Pero es que, a cambio,
Trump espera acelerar la negociación para su revisión que hasta ahora se preveía que echara andar en agosto, señala
El País.
El magnate republicano ya dijo durante la campaña electoral que quería revisar el TLCAN para proteger el empleo y los intereses de las compañías nacionales. Hace una semana volvió a decir que estaba dispuesto a abandonar la negociación si no conseguía un acuerdo que fuera justo para EE UU. La supuesta orden ejecutiva, filtrada a dos medios estadounidenses, se entendió así como un elemento más de presión a Canadá y México, que ya dijeron en el pasado que quieren negociar a tres bandas.
Y es que Washington es consciente de que no solo Canadá sino, sobre todo, México tendrían mucho que perder en caso de ruptura. Sus intereses y los de muchas de sus grandes empresas y sectores económicos también estarían en el alero.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com