- Cierra el ejercicio con un beneficio de 7.282 millones ( 35,5%), pero en el último trimestre ha caído un 33,7%.
- Y es que las ventas crecen menos de lo esperado en todas las áreas y la situación no será mejor en 2016.
- La desinversiones en su negocio de audición y de su participación en BSH Bosh le aportan 3.000 millones.
- Anuncia un aumento del dividendo del 6%: es la 'golosina' para sostener el valor cuando el negocio va a menos.
Los resultados de la multinacional germana
Siemens -asociada a
reestructuración y
despidos-
tienen varias lecturas. El ejercicio lo ha cerrado con un beneficio neto atribuible de 7.282 millones, un 35,5% más, pero en el último trimestre ganó 959 millones, un 33,7% menos. Hay, por tanto, una sospecha de fondo que planea sobre uno de los gigantes alemanes, muy cuestionado por sus prácticas en el pasado:
su nombre, como ahora Volkswagen, está asociado a las trampas.
En otras palabras, en el último tramo de su ejercicio, el grupo se empieza a resentir de lo que puede ser su principal
hándicap en 2016: las ventas. Crecen menos de lo esperado en todas las áreas, especialmente en las divisiones de
electricidad y gas. Y para el año próximo prevé más de lo mismo: seguirán lastradas por la situación económica y "la complejidad del entorno geopolítico".
Y eso se añade el entramado de dudas que genera la gestión de su presidente ejecutivo,
Joe Kaeser (
en la imagen), empeñado en una reestructuración a base de despidos y desinversiones.
Los resultados en el ejercicio han sido mejores por los efectos extraordinarios. Hay que tener en cuenta un impacto positivo de 3.000 millones por sus desinversiones en el negocio de audición, de su participación en
BSH Bosch (electrodomésticos). Y a eso habría que añadir la venta del negocio de sistemas de información para hospitales.
Es lo que ponen de relieve los analistas del
Sabadell, que justificarían la buena acogida de este jueves en bolsa (sube casi un 3%), pero que no son suficientes para mejorar las previsiones del mercado en 2016 y están condicionadas a elementos del segundo semestre de 2016 sobre los que a día de hoy hay escasa visibilidad.
Siemens, hay que recordarlo, está en pleno proceso de ajuste. En el primer trimestre, el principal
problema fue su división de salud. A ello siguió el anuncio de un
duro plan de despidos: en febrero de 7.800 trabajadores, el 2,3% de su plantilla, y en mayo de otros 5.000. Un anuncio, este último, sarcástico, que coincidió con los resultados de su primer semestre fiscal, en el que ganó 5.004 millones (un 92% más).
La
cifra de negocio en el conjunto de su ejercicio fiscal alcanzó 75.636 millones de euros, el 6,2% más, pero este crecimiento es dos puntos menos (4,3%) en el último trimestre (21.328 millones).
Siemens ha anunciado también una mejora del
dividendo del 6%, de 3,30 a 3,50 euros, y, en paralelo, el lanzamiento de un programa de recompra de acciones por importe de 3.000 millones para los próximos tres años. No deja de ser un recurso, en los dos casos, para apoyar la acción. Otra cosa es que las acciones avanzaran por la evolución del negocio.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com