- Lo explica Brynne Lawrence, de ChinaAid, una organización dedicada a la defensa de los cristianos en China.
- "Tanto iglesias públicamente reconocibles, como iglesias que se reúnen en privado, han sido objeto de persecución por parte del gobierno", acusó Lawrence.
- Además del derribo de iglesias, también hay que hablar de heridos, detenidos y muertos.
Los
cristianos en la República Popular China aseguran que viven una persecución, debido a que las autoridades de ese país comunista han intensificado la destrucción de sus templos religiosos. Tan sólo en el último mes, dos iglesias fueron destruidas con explosivos y maquinaria pesada. Las autoridades alegaron que se trataba de construcciones ilegales. La organización ChinaAid ha denunciado que el régimen emprende acciones extremas contra las iglesias que rechazan registrarse para evitar el control gubernamental, informa
Heraldo de México.
Brynne Lawrence, asociado de traducción y medios de comunicación en inglés de
ChinaAid, explicó su inquietud a El Heraldo de México, por lo que considera un hostigamiento. "China toma medidas duras contra los practicantes religiosos, incluidos los cristianos", lamentó.
ChinaAid se fundó en el año 2002, por el anuncio de
sentencias de muerte para cinco líderes de iglesias en ese país; tras una importante movilización con un equipo de abogados en derechos humanos, lograron anular las penas. La organización reporta que en el último año han sido destruidas al menos 12 edificaciones religiosas.
"Por lo general, las autoridades dirán que había algo ilegal, ya sea sobre la estructura de la iglesia, en la forma en que funcionaba ésta. Sin embargo, estas acusaciones no tienen ninguna base, e incluso llegan a violar las leyes de libertad religiosa de China", relató Lawrence. Pero, además del derribo de iglesias, también se reportan
heridos, detenidos y muertos.
El gobierno de la
República Popular China tiene una red de iglesias con respaldo oficial, conocida como el Movimiento Patriótico de los Tres Yoes, los inconvenientes los enfrentan quienes no se alinean a esa red.
Oficialmente se reconoce el catolicismo, protestantismo, islam, budismo y taoísmo, pero deben jurar lealtad a las asociaciones patrióticas. Así,
los templos están bajo estricto control, deben reportar sus ingresos, incluidas las limosnas, y las compras de equipo o remodelaciones tienen que ser aprobadas.
"En cualquier circunstancia, ser cristiano en China es más peligroso que ser cristiano en el mundo libre; muchas iglesias se encuentran en edificios que cualquiera podría reconocer como iglesia, mientras que otros se reúnen en casas o en secreto".
"Sin embargo, tanto iglesias públicamente reconocibles como iglesias que se reúnen en privado, han sido objeto de persecución por parte del gobierno", acusó Lawrence. En su reporte anual más reciente, ChinaAid detalla que en el caso de algunas iglesias no registradas ante las autoridades que fueron derrumbadas,
los líderes religiosos y sus familias fueron amenazados de muerte. Se denuncia, incluso, que miembros de pandillas han sido contratados para atacar iglesias.
Uno de los casos más trágicos reportados es el de una mujer cristiana, Ding Cuimei, que
murió sofocada cuando supuestos gángster contratados por el gobierno la enterraron viva junto con su esposo, con ayuda de una excavadora, por tratar de proteger su iglesia en Zhumadian, Henan.
Según agencias, en China se estima que hay
18 millones de católicos, que están divididos entre la iglesia oficial y quienes profesan su religión de forma clandestina; a ello se suman unos 23 millones de cristianos de corrientes protestantes.
La organización holandesa
Open Doors ha informado que tan sólo en 2017, más de tres mil cristianos murieron en el mundo a causa de su fe; el país donde se persigue de forma más metódica es Corea del Norte, y donde más mueren es en Nigeria y Pakistán.
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com