Magdalena Valerio tiene ideas brillantes para acabar con el agujero de las pensiones: que se reúna el Pacto de Toledo y la Mesa de Diálogo Social
Nuevo mes, nuevo récord. La deuda de la Seguridad Social subió un 2,4% en octubre y ya alcanza los 53.694 millones de euros, 18.830 millones más que en octubre de 2018, según datos del Banco de España publicados este martes. Las pensiones nos cuestan 9.700 millones de euros al mes, menos en julio y en diciembre, que nos cuestan el doble por la paga extra.
Lo peor de todo, sin embargo, es que estamos pagando las pensiones con deuda pública, esto es, endeudándonos. Es como si una familia pidiera un crédito para comprar la comida diaria. Un disparate, sobre todo si hay previsto ningún plan para darle la vuelta a la situación.
La ministra del ramo (en funciones), Magdalena Valerio, tampoco lo tiene claro y lo máximo que es capaz de proponer es una reunión “cuanto antes” entre la Comisión Permanente del Pacto de Toledo y la Mesa de Diálogo Social, para “dar estabilidad al sistema”. Así lo ha dicho este martes, durante las jornadas sobre ‘El envejecimiento de la población activa y su efecto en el sistema de pensiones’.
Si nadie lo remedia, según Trabajo, lo peor llegará a partir de 2023 y 2024, cuando comiencen a jubilarse los de la generación del ‘baby boom’. Así, la previsión es que en 2030, el gasto en pensiones alcance el 14,4% del PIB.
Se nos ocurren varias soluciones: la primera, fomentar la natalidad, algo que no se notaría en el corto plazo pero que garantizaría las pensiones de nuestros hijos. El problema es que es una medida profundamente retrógrada. Otra solución, cien por cien progresista, sería aprobar la pre-eutanasia para los del 'baby boom', auténticos culpables de la situación.