- El beneficio operativo en 2016 asciende a 143 millones, frente a los números rojos de 7 millones en 2015.
- La ganancia suma 232 millones y con el extraordinario por la venta de VW Finance a la matriz, 903 millones.
- Destina 590 millones a compensar pérdidas de otros años y otros 250 millones a dividendo para VW.
- Ya piensa en el salto a otros mercados, primero el sur del Mediterráneo (con planta en Argelia) y, sobre todo, Hispanoamérica.
- El Ibiza, ahora renovado, supone aún más de un cuarto de las ventas (150.000 de 408.700 coches vendidos).
- Luca de Meo confirma un SUV más grande para 2018, que se construirá en Alemania, y un coche eléctrico en 2019.
Seat confirma
resultados históricos en 2016 y elige un marco espléndido para presentarlos: el complejo modernista San Pau de Barcelona, en lugar de la planta de
Martorell. Tiene su lógica: ha ganado más que nunca, 232 millones de euros, y alcanza su primer
beneficio operativo, 143 millones (-7 millones en 2015). El cambio, por tanto, es algo más que cosmético: marca un antes y un después.
O si lo prefieren, dibuja que lo peor de la crisis ha pasado, tras cuatro años de
recuperación, y que Seat se prepara ya para lo mejor: la
consolidación de la marca y su expansión territorial.
Es la idea central que ha querido trasmitir su presidente, el italiano
Luca de Meo, con un mensaje inequívoco:
Seat deja atrás los números rojos y ya es rentable. Y se ha rodeado para decirlo de todo su equipo (
en la imagen).
El beneficio antes de
extraordinarios (232 millones) ha sido el mejor desde 2007, pero asciende a 903 millones si se tiene en cuenta la venta de su filial
VW Finance a
Volkswagen. El beneficio es 10 millones inferior al anunciado con motivo de los
resultados de Volkswagen por una cuestión de normativa contable (alemana o española).
La
plusvalía es enorme, 671 millones, y gracias a ella ha podido mejorar notablemente su
posición financiera y Seat empieza a depender exclusivamente de sí misma. De esa cantidad, ha destinado la mayor parte, 590 millones, a compensar pérdidas de otros años, otros 250 millones a
dividendos de la matriz y 63 millones a
reservas.
La evolución positiva de la sociedad se mide también en términos de
facturación. Los ingresos fueron de 8.597 millones de euros ( 3,2%), gracias a la venta de 408.700 vehículos, 90.000 de ellos en
Alemania y 77.000 en España. El
Ebitda mejora un 25%, hasta 489 millones, y destinará 6 millones de euros a los
empleados por el beneficio, una prima extra para todos equivalente a la mitad de una paga.
Las
exportaciones representan actualmente el 82,4% de las
ventas (equivalentes a su vez al 2,8% de las las exportaciones españolas). Y es por ahí por donde van los tiros de hacia donde
galopa la compañía: crecer en los mercados en los que ya está y abrirse a otros nuevos, en el sur del
Mediterráneo e
Hispanoamérica, aprovechando el marco de proximidad cultural y de idioma.
Luca de Meo no se ha atrevido a hacer pronósticos pero ha dado una aproximación: que el área geográfica en la que ahora se concentra el 90% de sus ventas suponga en el futuro un 30% de su facturación.
México, por ejemplo, es ahora su cuarto mercado y marca la puerta de entrada para crecer en ese continente, con la que compartimos cultura e idioma.
De Meo ha señalado que la decisión de producir en
Argelia a partir del segundo semestre es un paso ese primer capítulo. Los Ibiza vendidos en en ese país serán producidos en Martorell y el ensamblaje final se realizará en una nueva planta argelina.
El mix de modelos apoya la estrategia de Seat, que consigue buenos resultados del
Ateca -su primer todoterreno urbano (SUV), que
reforzará con un tercer modelo- el
León y el
Alhambra y, por supuesto, el Ibiza (150.000 unidades vendidas en 2016), que se renueva.
En la vanguardia con el apoyo de inversiones
A esos modelos se unirán, a partir de 2018 un SUV grande, que producirá la sede germana de Volkswagen en
Wolfsburg, y un
coche eléctrico en 2019, aunque De Meo no ha dado más pistas al respecto. Se ha limitado a remarcar la gran ventaja tecnológica de pertenecer a VW, aunque no hay que precipitarse: las tendencias las marca el mercado.
De Meo tiene más claro, sin embargo, que Seat está en condiciones de ser un gran líder en el
coche conectado a Internet. Esos vehículos funcionan, en la práctica, como un
smartphone a todos los efectos (para acudir al taller, avisar de los problemas de tráfico, buscar un restaurante o repartir el ocio).
La compañía combinará la
renovación de la gama (cuatro nuevos modelos en 2016-2017) con las
inversiones. El año pasado destino un 47% más a esa partida, hasta 862 millones, un récord y 276 millones más que en 2015. Y desde hace cuatro años ha invertido 3.000 millones en I D, equipamientos e instalaciones.
Es esencial, desde ese punto de vista, la nueva
plataforma MQB A0, que permite volver a usar los mismos componentes al margen de marca, modelo o segmento. Aprovecha así las economías de escala y simplifica el proceso de producción. Seat ha puesto en marcha esa plataforma con el
Audi A3 y la quinta generación del
Ibiza.
Rafael Esparza