- A pesar del 'circo' montado por Podemos en el Congreso y su distanciamiento con el PSOE, Sánchez ve posible el pacto.
- Y no sólo eso, también aspira a lograr el apoyo de Rivera, después del acuerdo para la presidencia y la Mesa del Congreso.
- O sea, para Sánchez todo es bueno para el convento: es de derechas y de izquierdas, centralista y separatista, capitalista y comunista, institucional y antisistema.
- Otra cosa son las dificultades de un pacto a tres (PSOE, Podemos y Ciudadanos): morados y naranjas no se parecen.
- Claro que si el socialista sólo opta por Ciudadanos necesitaría la abstención de toda la izquierda para ser presidente.
Un día después del peculiar comienzo de la XI Legislatura, está bastante claro que el líder del PSOE,
Pedro Sánchez (
en la imagen), ya no quiere sólo un
frente popular, también un
frente nacional. Es decir, mira a Podemos y a Ciudadanos, ya que su ambición parece no tener límites y con sólo 90 escaños quiere lograr a toda costa ser el próximo presidente del Gobierno.
A pesar del 'circo' montado por
Podemos en el Congreso y su distanciamiento con el
PSOE, Sánchez cree que aún es posible el
pacto entre ambos partidos. Las diferencias surgieron porque la formación morada desea tener cuatro grupos parlamentarios y defiende un referéndum en Cataluña, pero los socialistas se negaron a tragar.
Sin embargo, lo que tensó aún más la relación fue lo sucedido el pasado martes, cuando el PSOE logró un acuerdo con
Ciudadanos para elegir al presidente y a la Mesa del Congreso de los Diputados, sin impedimento del PP. Y claro, esto despertó críticas del líder morado,
Pablo Iglesias: "Los tres del búnker comienzan a cabalgar", señaló.
Podemos también materializó su enfado el pasado miércoles, presentando su propia candidata a presidir el Congreso:
Carolina Bescansa. Como bien saben, ella fue una de las protagonistas del 'circo', pues no dejó a nadie indiferente al llevar a su bebé de seis meses al hemiciclo, en vez de a la guardería del Congreso. Algo inédito que fue, sin duda, el tema más comentado y provocó un aluvión de mensajes en las redes sociales (entre ellos, los que referían los supuestos 'celos' de Íñigo Errejón, como el de la imagen).
Claro que Sánchez no sólo quiere pactar con Podemos, también aspira a lograr el apoyo de
Ciudadanos, después del acuerdo alcanzado para la presidencia y la Mesa del Congreso. Es decir, no le basta con un frente popular, sino que también quiere liderar un frente nacional. El líder socialista insiste en defender un
pacto a la portuguesa, pues cree que la reacción de Iglesias "tuvo bastante de pataleta" y no le disgusta el partido naranja. De hecho, este miércoles, en TVE,
ha pedido un "Gobierno progresista y reformista en el que nos entendamos con Podemos y con Ciudadanos".
O sea, para Sánchez
todo es bueno para el convento: es de derechas y de izquierdas, centralista y separatista, capitalista y comunista, institucional y antisistema. En resumen, un progresista. Pero, ¿se aclarará entre tanta diversidad de ideas?
Otra cosa son las dificultades de un pacto a tres (PSOE, Podemos y Ciudadanos): morados y naranjas no se parecen en nada. Además los respectivos líderes de estos dos nuevos partidos,
Pablo Iglesias y Albert Rivera, han tenido una dura discusión.
Claro que si Sánchez sólo optara por Ciudadanos necesitaría la abstención de toda la izquierda para ser presidente. Una opción que da al socialista menos probabilidades de colmar su ambición y ser el próximo ocupante de La Moncloa.
El que sí que está contento y satisfecho es
Patxi López. El socialista vasco es el nuevo presidente de la Cámara baja, el primer elegido que no pertenece al partido mayoritario. Conoce los deseos de Sánchez y por ello ha instado a Iglesias a explicar su empeño en el referéndum. Pero no sólo eso, también ha criticado que pensara en formar cuatro grupos parlamentarios -reivindicación que "rompe las normas del juego"- en lugar de participar en el acuerdo para la nueva Mesa del Congreso.
Paralelamente, para el líder del PP,
Mariano Rajoy, parece que la única opción es acabar en nuevas elecciones. Y es que es el que tiene más votos en contra, aunque aún no tira la toalla y espera alcanzar un acuerdo de Gobierno entre PP, PSOE y Ciudadanos "para cuatro años".
Pero López, en la mañana del miércoles, antes de su encuentro con el Rey, ha recordado que
PP y PSOE parten "de posiciones radicalmente opuestas", aunque haya acuerdos de estado en ciertos asuntos. Mientras, el secretario general de los socialistas catalanes,
Miquel Iceta, ha reiterado que "un pacto PP-PSOE supondría la muerte política de Pedro Sánchez".
Claro que, como dice el refrán,
hasta el toro, todo es rabo, y conviene no dar nada por sentado. Y para muestra un par de ejemplos. Cuando se esperaba el anuncio de nuevas elecciones en Cataluña, llegó la sorpresa, pues Junts Pel Sí y la CUP lograron un acuerdo para investir 'president' a Carles Puigdemont. Y el pasado martes, en vísperas del día de la constitución de las Cortes, se conoció un pacto entre PSOE y Ciudadanos, que no obstaculizó el PP, para la presidencia del Congreso y el reparto de la Mesa.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com