- La principal banca pública gana un 7,3% más en los nueve primeros meses del año, hasta los 855 millones de euros.
- Y alcanza una rentabilidad del 9,9%, muy cerca del 10% fijado en el plan estratégico.
- Pero no todo son buenas noticias: el margen de intereses cae un 4% por los tipos bajos, por la devaluación de los bonos de la Sareb y por la supresión de las cláusulas suelo.
- Nada que no se pueda compensar con más comisiones ( 1%) y con más ROF ( 50%).
- Y, por fin, parece que resurge la actividad inmobiliaria.
Lo de tener un banco parece un auténtico chollo. Por mucho que nos digan sistemáticamente que los requisitos de capital, los bajos tipos de interés y el riesgo de la financiación plantean situaciones de compleja gestión por parte de las entidades de crédito, las cuentas de resultados revelan una situación bien diferente. Salvando los negocios corporativos que, a corto plazo, parecen ruinosos –véase
BBVA– la publicación de beneficios del tercer trimestre hacen desear adquirir una licencia cuanto antes, especialmente si el deseo del regulador bancario tiende a una mayor concentración del mercado, incentivando entidades demasiado grandes para caer, y para todo.
Los
resultados de Bankia correspondientes a los nueve primeros meses del ejercicio, presentados este lunes, en este entorno, tampoco están nada mal. La principal banca pública, con su beneficio atribuido de 855 millones de euros de enero a septiembre, quizá no sea capaz de pagar a los farmacéuticos de Cataluña, pero cuadrar las cuentas del Ayuntamiento de Madrid seguro que sí puede. Los 300 millones de euros de beneficios del tercer trimestre conllevan alcanzar los ambiciosos objetivos contables del Plan Estratégico que culmina a fin del ejercicio, y que hace algunos años, José Ignacio Goirigolzarri hacía público como apoyo de la política económica del Gobierno, para mayor satisfacción del Ministro de Economía, y del inicio del ciclo electoral.
Los datos anteriores permiten a
Bankia alcanzar una rentabilidad del capital del 9,9%, cerca del 10% fijado en el plan estratégico. En este ambiente de euforia no todo pueden ser buenas noticias. El margen de intereses, el saldo contable donde antes las entidades de crédito hacían sus negocios, ha visto menguar su dato. Pese a los 2.075 millones de euros de ganancia, refleja una caída del 4% respecto a periodos anteriores. La culpa de tal deterioro proviene de los tipos de interés artificialmente intervenidos, la devaluación de los bonos de la Sareb y la eliminación de las cláusulas suelo, algo ideal para los prestatarios pero un factor distorsionador en las primas de riesgo vinculadas al coste efectivo de la financiación. Reputacionalmente mal vistas, sobre todo por ser culpables de una venta con posible nocturnidad y alevosía, al menos según los prestatarios, han sido una herramienta para comercializar préstamos a tipos más competitivos, alimentando el margen de intereses; su eliminación conllevará obtener los ingresos por otras vías, especialmente a través de la comercialización de productos vinculados a la financiación bancaria.
En este orden de cosas las comisiones de
Bankia suben un 1%, dado que en algún punto de la cuenta de resultados debe arañar ingresos. Los resultados de las operaciones financieras, con las plusvalías en la cartera de renta fija, ven aumentar las cifras en un 50%, lo que deriva en un margen bruto de 3.030 millones, consecuencia de una leve caída de los ingresos brutos del 1,6%. Asimismo, el aumento de la eficiencia en su actuación permite alcanzar una ratio del 41,4% consecuencia de una adecuada gestión de los gastos, con una reducción del 3,8%.
Los ajustes contables también ayudan. Las menores dotaciones por deterioros e insolvencias, con una ratio de morosidad del 11,4% -80 puntos menos que en el mes de junio- , son también reflejo de un menor apalancamiento del sector privado y, en alguna medida, de la mejora de las condiciones económicas de las familias y empresas. Se aprecia el hecho de que el crédito bruto a clientes baja el 2,7%, especialmente por la reducción de las hipotecas concedidas y el vencimiento de las ya existentes; por su parte, el crédito a empresas sí permite apreciar una cierta recuperación,
que no compensa la reducción de los préstamos a las familias. Igualmente debe considerarse que la venta de carteras morosas, que actualmente están de saldo en el mercado, obviamente ayuda, al menos al banco. Habrá que ver qué tal les va a los prestatarios. De momento los clientes reflejan una cierta estabilidad de sus saldos y depósitos, aunque progresivamente se trasladen, de manera lenta y cautelosa, a partidas fuera de balance, el gran negocio bancario del presente y especialmente del futuro. La debilidad de las rentabilidades del producto bancario tradicional desplaza los recursos a planes de pensiones y fondos de inversión, atraídos por una futurible mayor rentabilidad.
Finalmente, el otro 'gran negocio' de los bancos, la actividad inmobiliaria, parece repuntar, o al menos los datos globales del ladrillo en el balance así lo reflejan, con una reducción de su stock en un 4,8% y un aumento de las ventas del 87% respecto al ejercicio anterior. La noticia no está nada mal, si bien deberá ser analizada con cautela por el resto del excedente invendible del stock vivo y deteriorado.
En definitiva, a
Bankia le va bien y, por ende, al ministro de Economía también, aunque el próximo año no repita en el cargo. Y el mercado estará encantado, al encontrar una perita en dulce lista para ser vendida al primer, que no mejor, postor que quiera hacerse con un negocio saneado y con conexiones políticas y empresariales interesantes.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com