- La entidad gana un 68% menos que en 2014 debido a las provisiones por las cláusulas suelo.
- Cae el margen de intereses (-3,4%), aunque no es comparable porque hace un año vendió el negocio de tarjetas.
- Más preocupante aún: las comisiones -el actual paracaídas de las entidades- retroceden un 9%.
- Pero el verdadero talón de Aquiles del Popular sigue siendo la morosidad, que continúa en tasas muy elevadas (12,86%).
- A pesar de todo, el mercado aplaude los resultados y la cotización del banco repunta un 6,9% en bolsa.
Buscar fuera de casa lo que en la nuestra no encontramos nos parece, a priori, algo ética y moralmente reprochable, más aún cuando hemos jurado fidelidad o, al menos, algún tipo de compromiso. Pero como todo es relativo en esta vida, y estamos nuevamente en la época del
flower power, en este caso, buscar alguna aventura fuera de nuestro hogar no sólo puede ser interesante sino, incluso, recomendable.
Y esto no lo dice alguna de las web de infidelidades más conocidas de la Red. Lo aconseja el Banco de España que, desde hace algún tiempo, recomienda que las entidades de crédito crezcan, que se fusionen, que compren fuera lo que en casa no hay, como una manera de preservar el amor que nos juraron hace tiempo con los rescates bancarios.
Hacernos grandes para licuar las pírricas rentabilidades del capital que nos esperan por culpa de la política monetaria, es la vía para resolver su viabilidad a largo plazo, evitando los disgustos de épocas pasadas. El Banco Sabadell lo hizo con una inglesa en plena crisis de la mediana edad y no le ha ido mal del todo, al menos hasta que las fuerzas no le fallen.
Lamentablemente, y de momento, el
Banco Popular sigue fiel a sus principios conservadores en forma de herencia de los hermanos
Valls Taberner, y ha decidido capear la situación sin buscar aventuras extra conyugales. Ello conlleva a unos
datos del ejercicio 2015 llamativos en el entorno actual y que, curiosamente, son aplaudidos este viernes por los accionistas, con subidas importantes de la cotización ( 6.9%). Las expectativas, ya se sabe.
Cierto es que el resultado de 105 millones, un 68% menos que en el ejercicio anterior, viene determinado como consecuencia de la dotación de las provisiones por la cancelación de las cláusulas suelo. Sin considerarlas,
su resultado alcanzaría los 350 millones, por encima de los 315 millones que estimaba el mercado. Sin embargo, desde el punto de vista operativo, todos los márgenes del banco experimentan caídas importantes.
El margen de intereses procedente de la actividad típica baja un 3,4% hasta cifras iguales a 2.251 millones de euros,
aunque no es comparable con el ejercicio precedente, cuando se produjo la venta del negocio de tarjetas. No obstante, si bien se aprecia una leve mejora del 0,9% en los últimos meses, las pérdidas brutas de dicho periodo quedan en 259 millones.
Por otra parte, se produce una caída importante de las comisiones bancarias -el verdadero paracaídas de las entidades de crédito- en un 9%, y los resultados por operaciones financieras se reducen en un 37%, que deriva en una caída del margen bruto del 11,5%.
Los ingresos del último periodo del año caen igualmente un 12%, la cifra más baja de los últimos años. Si esto es un indicio de la evolución de la economía española,
los datos son preocupantes.
La forma de sobrevivir del banco proviene de una reducción del gasto, minorando su importe en un 7,1%. Sin embargo, no es capaz de soportar la caída de ingresos, lo que deriva en un ratio de eficiencia del 50,7%, un poco más elevado que en el ejercicio 2014.
Desde el punto de vista de la morosidad,
las cifras del Popular se mantienen elevadas pese a la reducción del ejercicio. Una ratio del 12,86% resulta especialmente elevada en el entorno actual, por encima del promedio del sector del 10,35%.
La importante cantidad de activos adjudicados -nada más y nada menos que 14.629 millones- es un lastre importante, por mucho que la venta de inmuebles haya aumentado en un 40%, hasta alcanzar las cifras objetivo de 2.000 millones. Pese a ello, el importe del stock inmobiliario ha crecido en más de 450 millones, lo cual es complicado si en algún momento quiere buscar lances fuera de casa. En estas cifras, la dotación para insolvencias y deterioro de activos inmobiliarios se ha reducido de manera importante, si bien ello no ha derivado en una mejora sustancial de la cuenta de resultados.
La culpa la tienen las dotaciones por la eliminación de las cláusulas suelo.
En conclusión, los datos anteriores derivan en una
rentabilidad ínfima del 0,83% frente al 2,6% del año anterior, lo cual es un lastre para una entidad que no desea o no busca aventuras, por mucho que el Banco de España le
agende citas a ciegas para buscar alegrar sus resultados. Mucho nos tememos que con el tiempo no tendrá que buscarlas. Los interesados irán a su puerta a rondarlo o, directamente, lo absorberán por asalto.
Rodrigo de Silos
rodrigode@hispanidad.com