• Ha sido gracias a la reapertura del campo de Sharara, que puede llegar a producir 300.000 barriles.
  • Repsol comparte el campo con la petrolera austríaca OMV y la francesa Total.
  • Eso sí, la guerra en Libia no ha terminado, lo que siempre pesa en las expectativas a plazo.
Repsol vuelve a producir petróleo en Libia, país que abandonó a mediados de 2014 por la creciente inestabilidad política y de seguridad, al ritmo de 30.000 barriles diarios. La vuelta a una cierta normalidad ha sido posible gracias a la reapertura del campo petrolífero de Sharara, paralizado hasta esta semana, y del oleoducto para la conducción del crudo. El campo de Sharara, en el centro del país, está explotado, además de por Repsol, por la Compañía Nacional de Petróleo (CNP), la austríaca OMV y la francesa Total, que explotan también la refinería de Al Zawiya, cuya válvula estaba cerrada desde noviembre de 2014. La apertura es una buena noticia en los planes de la petrolera por dos motivos. El primero, que vuelve a explotar crudo en un país que tuvo dejar por motivos de seguridad. Repsol desalojó a todo su personal en 2014 por la lucha entre las milicias para tomar el poder, tres años después del levantamiento que acabó con Gadafi. Y en segundo término, por las propias posibilidades del campo de Sharara, que puede llegar a producir 300.000 barriles diarios. Cuando Repsol dejó Libia, ese campo le aportaba el 10% de la producción total. Repsol está en el país norteafricano desde los años setenta, cuando inició las actividades exploratorias en la cuenca de Sirte y tiene derecho sobre cuatro bloques, dos en exploración y dos en producción. En paralelo, conviene recordar que Libia es uno de los países de la OPEP, junto a Nigeria, excluido del acuerdo de recorte de producción de noviembre, lo que le ha permitido duplicar el bombeo de crudo (a 600.000 barriles diarios, muy por debajo de los 1,6 millones diarios anteriores a 2011). Ha sido posible gracias a la toma de control, por parte del Ejército Nacional Libio, con sede en el este del país, de varios puertos bloqueados. Pero sigue siendo, no obstante, un país inseguro, en el que la guerra no ha terminado y, en consecuencia podría volver a dar un susto a las empresas petroleras en cualquier momento. Otro de los campos abiertos ha sido el de Al Fil, en el oeste del país, cerrado en abril de 2015 también por la disputa entre facciones armadas. Lo0 explotan la CNP y la italiana ENI y tiene una capacidad de 58.000 barriles diarios. Rafael Esparza