• El único cambio: presenta sus resultados a primera hora de la mañana.
  • Tras vender Canal , no se sabe de dónde sacará más efectivo para pagar deuda, como no sea malvendiendo Santillana o la cabecera de El País, o la SER.
  • Balance plano: bajan resultados de explotación (-3,8%), Ebitda (-12,2%) y por la reducción de costes del resultado financiero, el beneficio neto crece a 13 millones.
  • La Semana Santa, su última excusa para justificar el deterioro del grupo: los ingresos por publicidad caen un 3%.
  • La gestión de Cebrián no puede ser más nefasta: se ha cargado el imperio Polanco. Y se ha enriquecido a su costa.
  • Y los bancos haciendo el ridículo, serviles ante el imperio caído.
Por fin PRISA se ha atrevido a presentar sus resultados con diurnidad y a principios de semana, lo nunca visto. De verdad que cuando he visto que a primera hora de la mañana en la relación de hechos relevantes en la página web de la CNMV estaba el de la sociedad de Juan Luis Cebrián he sentido una sensación como si todo estuviera cambiando. Por ello, esperaba que PRISA estuviera presentando unas cuentas con unos beneficios que, por fin, taparan los 382,1 millones de euros negativos de su patrimonio neto o que había pagado la totalidad de los 1.612 millones de su deuda bancaria (1.921 millones de deuda total tiene la sociedad a finales de marzo de la que 1.836,4 millones es a largo plazo). Pero no sólo eso, también que por fin había regularizado el valor de los 580 millones contabilizados como fondo de comercio en su activo o que los resultados de explotación estaban creciendo en todos sus negocios, o ya rizando el rizo, que Cebrián había pedido su dimisión sin indemnizaciones y había restituido a la compañía todas las pérdidas generadas en su eterno y nefasto mandato. Pero no, nada ha sido así y de nuevo como en el día de la marmota me vi leyendo unos balances con el panorama de siempre. Con una compañía que en febrero canceló 65 millones de deuda bancaria con un descuento del 16,02%, esta vez mediante subasta… Me estoy imaginando la escena…los grandes bancos que habían prestado a una todopoderosa PRISA, peleándose por financiarla en los tiempos en los que Cebrián era el "pu.. amo", ahora dándose codazos por recuperar 65 millones de los 1.900 millones que aún debe. No me resulta extraño ya que estos sean los restos que han quedado de la venta de Canal y francamente no sé de dónde van a sacar más efectivo para pagar, como no sea malvendiendo Santillana, o la cabecera de El País, que está vendiendo un 9% menos que el primer trimestre de 2015. Pero no, estos despojos quedan para los nuevos accionistas, los fondos buitre, que están ya oliendo el despiece del antiguo imperio Polanco. Para los bancos solo queda convertir impagados en deuda subordinada, con una posibilidad más que probable de no cobrar nada por el orden de prelación, o servirle de palmeros en una enésima aventura financiera más, como la aprobada en abril de emitir 100 millones mandatorio convertible en acciones a 10 euros por acción (hoy la acción está a 6 euros, pero ha estado en los últimos meses a 5 euros). Una aventura dirigida al Banco Santander, Caixabank y HSBC, que continúan deteriorando de esta forma la deuda que con ellos tiene PRISA. ¿Que más nos cuentan que no sepamos? Que siguen bajando los resultados de explotación en un 3,8%, el EBITDA en un 12,2%, y que gracias a que el resultado financiero ha reducido sus costes en 5,8 millones, el resultado neto de la compañía ha crecido hasta los 13 millones. Vamos, lo comido por lo servido, balance totalmente plano. Ya no saben cómo inventar más excusas para justificar el creciente deterioro de la corporación, esta vez ha sido muy ocurrente y achacan a la Semana Santa la caída de un 3% de los ingresos por publicidad. Pero lo cierto es que tanto Santillana con un descenso del 10,8% como la radio, con 9,4% de ingresos menos que en 2015, han sido capitales en el resultado total del grupo. ¿Qué va a pasar con PRISA? Complicado cuando su principal problema tiene nombre y apellidos y es su presidente ejecutivo, además de ser el centro de todas las controversias del consejo y en especial de los nuevos accionistas. Y no sólo eso, los "cortafuegos" financieros prácticamente se están acabando y la pregunta diaria debe ser, después de Canal , ¿qué vamos a vender? Algo van a tener que hacer y rápido, en el momento que tengan que amortizar en diez años el fondo de comercio, les va a caer la cuenta de resultados 58 millones de pérdidas anuales. Vale que no les va a representar salidas de caja, pero con la situación del patrimonio neto, el deterioro será cada vez más visible, cuando menos hasta que puedan contabilizar como recursos propios la última golfada del bono convertible. ¿Hasta cuándo se mantendrá este chiringuito? ¿Hasta cuándo resistirá Janli? Porque la gestión de Cebrián no puede ser más nefasta: se ha cargado el imperio Polanco y se ha enriquecido a su costa. Y los bancos haciendo el ridículo, serviles ante el imperio caído. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com