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La declaración el martes de José María Arias Mosquera por el caso Popular ha pasado un tanto desapercibida, aunque eso no significa que fuera poco importante. El ex presidente del Pastor y ex vicepresidente del Popular aseguró ante el juez de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, que no hubo maniobras ocultas en el Consejo para echar al presidente Ángel Ron ni que el mexicano Antonio del Valle (4,28% del banco) estuviera detrás del relevo del presidente.
El Conde de Fenosa y presidente de la Fundación Barrié de la Maza (ambos los heredó de su tía), además, le aseguró al juez que él se abstuvo en la votación para aprobar la ampliación de capital de 2016 por 2.500 millones de euros. Curiosa actitud, ya que, en la Comisión de Auditoría, previa a la reunión del Consejo, Arias sí dio su visto bueno a la operación a la que no puso ninguna objeción. Lo cierto es que su insistencia en aclarar que él se abstuvo en la votación del Consejo -para evitar cualquier responsabilidad- acabó irritando al juez, algo nada recomendable.
En cualquier caso, la declaración de Arias pone en berlina a Reyes Calderón, que comparecerá el martes 19 y que, por cierto, comparte bufete de abogados con Arias. La ex consejera del Popular tendrá que explicar dos cosas: la (presunta) utilización sin permiso de 500.000 euros del banco y la contratación del despacho de abogados Alemany Escalona y Fuentes y de la firma de cazatalentos Spencer Stuart. Por cierto, José Antonio Escalona, socio del bufete, es el secretario del Consejo de El Confidencial, medio que está siendo investigado por el juez.
Lo cierto es que Calderón contactó, siempre de la mano del mexicano Del Valle, con José Ignacio Goirigolzarri, que le mandó a paseo. También intentaron convencer a Manuel Pizarro, pero éste le preguntó a Del Valle si se trataba de sanear el Popular o solo de echar a Ron. Al mexicano no le cayó bien aquello.
Todo esto y más el martes 19.