• Flojos resultados pero el mercado lo premia.
  • El nuevo Ceo llega de leñador.
  • Se ha fichado a un externo: al parecer, resultaba imprescindible. 
Los resultados del Popular caen un 50% al cierre del primer semestre de 2016, respecto de igual cierre de 2015, se cambia al consejero delegado (que bueno es para el presidente que haya un Ceo cuando las cosas no van bien) y la acción sube un 2,3%, cuando el índice lo hace un 1,4%. Debe ser que el mercado también piensa que era culpa del consejero delegado o que se ha conformado con la presentación de resultados que ha hecho el banco en la que habla de que su negocio principal cae menos de un 20%. Lo relevante está en que el Popular ha conseguido mantener bastante bien su margen de intereses (-4,1%), en comparación con otras entidades que han experimentado descensos de casi el 20%. Las comisiones, como en todos los resultados bancarios que hemos visto, ya comienzan a decrecer, aunque en este caso de manera más acuciada (-5,6%), lo que viene a explicar que el siguiente margen, el bruto, el que viene antes de empezar con los gastos generales y el deterioro de los créditos (provisiones), caiga en un 12,1% entre los dos cierres que se comparan. Las comisiones se han vuelto tan impopulares para mantener los clientes que las entidades han competido reduciéndolas: para que luego digan que la competencia es mala. Los márgenes según vamos bajando en los resultados, van empeorando. Los gastos generales y de personal, a pesar de su ligera reducción, pesan mucho en márgenes más estrechos como los que está cosechando, y el margen de explotación presenta un descenso del 21,8%. Si continuamos, aunque Popular tiene una importante reducción de las provisiones ligadas a la conflictividad jurídica que atenaza a muchas entidades, el deterioro de las carteras de créditos todavía es muy elevado, por lo que cuando llegamos al último margen del negocio propiamente dicho, y antes de introducir los resultados de la enajenación de activos adjudicados e impuestos, los resultados ya llevan un descenso del 47,4%. Después los resultados por enajenación de activos adjudicados y los impuestos. Pero ya importa poco y cambia poco el panorama. Un 50,1% de caída, como decíamos al principio. La morosidad va cayendo, pero claramente ya destila las carteras de morosos porquería pura, lo que explica en este caso y en algún otro (Ibercaja) que con menos morosos, las necesidades de cobertura desciendan poco en muchas entidades, entre otras esta que nos ocupa. Al Popular le preocupa la liquidez como demuestra su insistencia en alcanzar una relación que iguale los créditos a los depósitos para no depender de los malvados mercados ni del BCE. Tal vez nunca debió abandonar esa práctica de viejo banquero: que tus depositantes financien a tus deudores, como en una gran familia. Los resultados son malos. Muy malos. Pero es claro que el mercado, tras la sorpresiva ampliación de capital de hace unas semanas, los esperaba peores y la misma puede dar aire a la entidad para encontrar la estrategia en solitario. Está claro que Ángel Ron (en la imagen)es un resistente contra la moda de aglutinar bancos que tanto gusta a las autoridades porque al final sólo tendrán que nacionalizar uno que, además, lo pedirá a gritos. Vamos con los nombres propios. Ángel Ron lo explicaba con el nombramiento de un nuevo ceo, que sustituye al cesado Francisco Gómez. Se había pensando en Francisco Verdú, el ex ceo de Bankia; en Jaime Echegoyen, antes en Bankinter hoy al frente de la Sareb, y en algún otro, pero el elegido ha sido Pedro Larena, ex de Cajamadrid, de Banesto y del Deutsche. Un hombre de banca comercial peor que va hacer el papel de leñador, con recorte de oficinas y plantilla. Ojo porque el modelo del Popular (pymes y profesionales) necesita de una red extensa, aunque es cierto que desde 2007 el Popular ha reducido el número de oficinas en un 17% y un 23% su plantilla. ¿Por qué un externo en un banco que siempre ha alimentado sus directivos desde dentro? Porque viene a hacer de leñador. Lo ha buscado un cazatalentos y se ha comprometido a un recorte durísimo tras la nueva megaampliación y con un Consejo dividido. No, la cosa no pinta bien. Pero Ángel Ron insiste: el Popular seguirá siendo independiente. Es más, precipitó la ampliación de capital para no ser absorbido. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com