- Y por la misma razón, Pfizer acelera las negociaciones para un acuerdo con la irlandesa: le encantaría domiciliarse en Irlanda.
- El acuerdo, a punto de cerrarse, es uno más hacia el oligopolio farmacéutico: es la mayor transacción de la historia en sector.
- Pero el Tesoro lo puede retrasar: quiere endurecer los términos sobre las fusiones para eludir impuestos.
- Y si Pfizer y Allergan se unen, sus competidores más directos, Novartis y Johnson & Johnson, darán nuevos pasos.
El acercamiento entre la norteamericana
Pfizer y la irlandesa
Allergan para una fusión era incipiente hace un mes y ahora se acelera fundamentalmente por un motivo: no esperar a que el
Tesoro de EEUU endurezca sus normas fiscales sobre las
fusiones. Ahora bien, el regulador no está al margen y sus maniobras podría retrasar o cambiar los términos de la operación.
Y es que el objetivo de Pfizer va más allá: le encantaría aprovechar la fiscalidad más ventajosa de Irlanda, donde está domiciliada Allergan, y así sucederá si el
matrimonio entre ambas se arregla. Se repite la historia de las multinacionales, como las de Internet (Google o Apple),
a la caza del mejor trato fiscal. Y eso, claro, no deja indiferente al Tesoro americano.
Tanto
Bloomberg como
Reuters abundan en esa línea, que es el motivo por el que se han acelerado las negociaciones entre los dos grupos. Todo para adelantarse a la aplicación de un
nuevo reglamento sobre la fiscalidad de las fusiones que prepara el Tesoro americano.
La transacción asciende a 150.000 millones de dólares, la mayor en la historia del
oligopolio farmacéutico. Pfizer, la empresa del
Viagra, compraría por ese precio Allergan, conocida por sus tratamientos faciales -comercializa el
Botox-, para crear el primer grupo farmacéutico del mundo: un conglomerado valorado en 330.000 millones de dólares si sumamos la capitalización en bolsa de los dos grupos.
Bloomberg y Reuters coinciden en que Pfizer pagaría por cada acción de la irlandesa entre 370 y 380 dólares (ayer miércoles cerró en bolsa a 310,8). Es el precio que se baraja en las negociaciones, aceleradas pero no concluidas, entre las dos compañías.
Pero el Tesoro, como decía, se ha cruzado en medio al señalar que habrá cambios en la legislación americana actual sobre fusiones como en el caso que nos ocupa, el de una compañía estadounidense que compra otra compañía extranjera para eludir impuestos, al menos en teoría, si traslada su sede central.
Lo que ha dicho el Tesoro, a través de una carta a cuatro legisladores de alto rango -
que forman parte de las comisiones de Impuestos de la Cámara alta y la Cámara baja-, es que tiene previsto "emitir una guía específica adicional para disuadir y reducir más beneficios económicos de las inversiones corporativas". No cita el caso de Pfizer, pero está claro que también piensa en ella.
Si el
matrimonio se arregla, sólo cabe esperar a los movimientos que puedan dar la estadounidense Johnson & Johnson o la suiza Novartis, sus rivales más potentes. Sus valoraciones en bolsa son de 250.000 y 210.000 millones, respectivamente.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com