Sánchez, otra vez frentepopulista y guerracivilista.
Es como una tentación permanente que, de en vez, resurge en su alma. Lo tenía todo previsto para septiembre de 2017, pero la cosa terminó en el 1-O, la radicalización de Puigdemont y el 21-D. Le dejaron fuera de sitio y le forzaron a volver a pactar con el PP y a reafirmar la Constitución de 1978. Hablo, claro, de don Pedro Sánchez.
Además, el PSOE de siempre, el de Felipe González y Alfonso Guerra, el de Rubalcaba e incluso el del astuto Zapatero (sí, astuto) seguía pensando en Susana Díaz o en la vuelta a Ferraz de cualquiera de ellos, sobre todo si hablamos de Zapatero. No, no es coña: ZP piensa en recuperar el liderazgo del PSOE… y La Moncloa.
¿Es posible que la moción prospere? Sí, lo es. Difícil pero posible. Por eso Rajoy está tan nervioso
Pero ahora ha vuelto al Frente Popular. Sánchez ha lanzado una moción de censura frentepopulista, que sólo puede tener éxito con el voto favorable de los tres elementos… y encima estirados: socialismo, comunismo y separatismo. Y ojo, con la aquiescencia del PNV y del separatismo burgués catalán. Todo es nuevo para el convento con tal de alcanzar La Moncloa.
No es de extrañar que el PDeCat se lo piense, así como el PNV, o que los majaderos de Compromís y, naturalmente, Podemos, hayan aplaudido la moción de censura sanchista.
Dolores de Cospedal emerge como líder político: Sánchez es capaz de todo con tal de llegar a La Moncloa
Ni que decir tiene que lo único que une a partidos tan diversos no sólo es la inquina hacia la derecha pepera sino, ante todo, su cristofobia, su anticlerical aversión a todo lo que suene a católico.
Y no es de extrañar, tampoco, que Mariano Rajoy se haya puesto en nervioso, porque lo cierto es que la moción de censura podría tener éxito. Pedro Sánchez es un desastre con patas pero le puede la ambición y estamos ante una España des-moralizada, fatalista, que en su determinismo traga con carros y carretas.
Y recuerden que, en España, el Frente Popular fue el preámbulo de la guerra civil de 1936
Y en ese erial en que se ha convertido el PP, sorprende que Dolores de Cospedal haya resurgido en modo ‘líder político’, al explicar con claridad que toda la moción de censura no es más que el producto de la ambición del líder socialista, quien, con tal de gobernar España, es capaz de aliarse con los enemigos de España. Una definición atinada de la cuestión, que no hubiera sido posible si no fuera por esa gangrena que sufre su partido, el PP, que no se llama corrupción, sino descristianización y pérdida de valores.
Ahora bien, ¿la moción de censura de Pedro Sánchez puede prosperar? Sí. ¿Es posible unir a socialistas, comunistas y separatistas, también a los separatistas de derechas? Sí, porque tienen un objetivo común, batir al PP, y un enemigo común, la Iglesia de Cristo.