Laurent Paillassot ve que el low cost es una tendencia que ha venido para quedarse en España
Orange España ha sido, durante muchos años, el motor del grupo Orange por delante, incluso, de la matriz francesa. Ya no es así. La feroz competencia que existe en nuestro país, con la irrupción de MásMóvil y de los OMV, han relegado a la filial española a un segundo lugar, por detrás de África.
“Hemos hecho un año complicado en un entorno complicado”, ha señalado Lauren Paillassot este jueves durante la presentación de resultados de la compañía. El CEO de Orange España no quiere que la teleco se quede atrás en la lucha por el low cost, el lugar donde se están librando las mayores batallas actualmente. El 40% del total de altas del sector se producen allí. Por eso, el nuevo plan estratégico incluye el lanzamiento de ofertas convergentes low cost bajo la firma Amena. Será durante el segundo trimestre del año cuando veamos las primeras. Además, el grupo potenciará la presencia de sus otras dos marcas de bajo coste: Simyo y República Móvil.
Ahora bien, Paillassot ha asegurado, al mismo tiempo, que no quiere entrar en una guerra de tarifas que, entre otras cosas, provocaría la canibalización de Orange España. ¿Cómo piensa pelear entonces? Con el valor que aportan las marcas.
Orange Bank, ya cuenta con 10.000 clientes con un volumen de recursos de 30 millones de euros. El banco crece a un ritmo de 300 nuevas altas al día y Paillassot confía alcanzar los 55.000 clientes en el primer año y lograr que sea rentable en cinco años
El ejercicio ha sido “complicado”. La facturación descendió en todos los segmentos excepto en los servicios sólo fijo (+1%) y en el segmento mayorista, uno de los pilares estratégicos de la compañía, que aumentaron un 11,9% hasta 901 millones de euros. Todos los demás apartados retrocedieron: residencial (-2,9), servicios convergentes (-2,4%), sólo móvil (-5,7%) y venta de equipos (-9,5%). A pesar de estos descensos, el Ebitda de la compañía creció un 0,3%, hasta 1.646 millones de euros.
En cuanto al número de clientes, Orange cerró 2019 con 16,3 millones de clientes de móvil (+0,8%) y algo más de 4 millones de clientes de banda ancha (-1,9%), de los que el 83,4% son convergentes. El fútbol ha sido un pilar importante (“el mundo sin fútbol es un poco más difícil”, ha dicho Diego Martínez, responsable de la división de consumo de la operadora, en clara alusión a Vodafone), pero parece haber tocado techo en cuanto a gancho comercial para captar clientes: Orange cerró el año con 718.000 clientes, un 0,3% más.
La última apuesta de la teleco, Orange Bank, ya cuenta con 10.000 clientes con un volumen de recursos de 30 millones de euros. El banco crece a un ritmo de 300 nuevas altas al día y Paillassot confía alcanzar los 55.000 clientes en el primer año y lograr que sea rentable en cinco años.