Ángel Gurría, secretario general de la OCDE y uno de los gerentes internacionales más próximos al Gobierno español, nos ha dado el mayor disgusto, aunque esperado, en la mañana del lunes: la economía española se encuentra a la cola de todo Occidente, de toda la OCDE. Durante el segundo trimestre del año, la economía española caía un 18,5%, mientras la media de la economías OCDE lo hacía en un 9,8%. Ningún país se ha derrumbado tanto como nosotros con la excepción de Reino Unido, cuyo PIB se desplomó un 20,4%.

Para que se hagan una idea, ya en plena crisis financiera (2009), la iniciada a finales de 2007, el PIB español caía un 2,3%, ocho veces menos que ahora.

Lo más preocupante es que el Gobierno Sánchez no reacciona. Parece un boxeador sonado

Además, el Reino Unido, al igual que Estados Unidos, son economías más flexibles que la nuestra, sobre todo en el mercado laboral, lo que presagia que sus salidas de la recesión suelen ser más rápidas que la nuestra.

En cualquier caso, asombra la falta de reacción de la Vicepresidencia económica, Nadia Calviño, que sigue empeñada en una fugaz salida de la crisis, no se sabe si en forma de “uve” o en forma de Nike y aún asombra más que con cada nueva mala noticia sobre la economía española, Pedro Sánchez no reacciona con un plan de reindustrialización del país. El Ejecutivo que lidera Sánchez da la apariencia de un boxeador sonado, que no sabe si vendrá una segunda oleada pero que, en cualquier caso, ni se plantee la necesaria reindustrialización de España.