Resulta llamativa la hipocresía noruega, pues han engordado su grandísima fortuna gracias al petróleo desde que descubrieron las grandes reservas del Mar del Norte a mediados de la década de los años 60 del siglo XX. Pero claro, ahora, como buenos progres, quieren presumir de luchar contra el cambio climático… y por eso, apuestan por energías renovables.

Un buen ejemplo de esto se ve en Norges Bank, el fondo soberano más grande del mundo. El Parlamento noruego le acaba de dar permiso para desinvertir unos 12.000 millones de euros en combustibles fósiles, por tanto, venderá las participaciones que tiene en empresas que sólo se dediquen al carbón y/o a la exploración y producción de hidrocarburos (petróleo y gas), lo que podría afectar a las estadounidenses ExxonMobil y Hess, entre otras. Eso sí, continuaría con sus inversiones en las compañías que operen en estos sectores, pero sean integradas (por tanto, apuesten también por renovables, electricidad, activos bajos en carbono, economía circular, movilidad eléctrica, etc.), caso en el que estarían: la española Repsol, la anglo-holandesa Royal Dutch Shell o la francesa Total, entre otras.

Curiosamente, las casualidades no existen (como decía el poeta, dramaturgo, filósofo, historiador y editor alemán Friedrich Schiller): justo el pasado miércoles, Norges Bank afloró un 3,1% en el capital de la gasista española Enagás, valorado en 185 millones. Además, uno de los dos petroleros atacados en el estrecho de Ormuz con torpedos este jueves es de una empresa noruega

Noruega es el tercer exportador de gas del mundo y su economía se basa en el petróleo: su fondo soberano está en más de 9.000 empresas y tiene el 1,3% de todas las cotizadas

Al mismo tiempo que realice dichas desinversiones en combustibles fósiles, el fondo soberano noruego quiere invertir 18.000 millones, lo que representa un 2% de su fortuna, en proyectos eólicos y solares. Claro que Noruega no será tan verde como pretende, al menos, por ahora: es el tercer mayor exportador de gas del mundo y su economía se basa en el petróleo, lo que le permite tener el mayor fondo soberano del mundo, que está presente en más de 9.000 empresas y tiene el 1,3% de todas las cotizadas del mundo. Así, puede presumir de tener un gran estado del bienestar para poco más de cinco millones de habitantes. 

Norges Bank no es ningún desconocido para España, donde su inversión alcanzaba los 15.443 millones a finales de 2018. Entre otras, además de las citada Repsol y Enagás, cuenta con participaciones en: Iberdrola, Telefónica, Grifols, Duro Felguera, TSK, Banco Santander, BBVA, CaixaBank, Banco Sabadell, Bankia, Bankinter, Liberbank, Unicaja, Mediaset y Neinor Homes.