Manuel Menéndez quiere seguir reduciendo los costes laborales en Liberbank y no sabe cómo. Lo intentó en diciembre, negociando con los sindicatos un plan laboral para el periodo 2020-2022, pero las conversaciones no llegaron a buen puerto. Sobre la mesa, una medida temida por todos: la reducción del salario entre un 5% y un 8,75% para los sueldos superiores a los establecidos en convenio.

El propósito de Menéndez sigue en pie. El CEO del banco pretende ahorrar unos 30 millones de euros al año, una cantidad significativa si tenemos en cuenta que la entidad cerró 2019 con un beneficio después de impuestos de 111 millones. Hay que reducir costes laborales, pero sin ejecutar un ERE, que sale carísimo. Miren si no a Caixabank, que vio cómo su beneficio cayó un 14% en 2019 por hacer frente al expediente de regulación de empleo.

A don Manuel se le ha ocurrido emplear el exceso de capital para pagar la prejubilación a unos 700 empleados que siguen cobrando hasta el 80% del sueldo mientras gozan de una excedencia voluntaria, según el diario Expansión. Primera cuestión: ¿qué hacen 700 empleados, el 18,4% de la plantilla, en excedencia voluntaria y cobrando hasta el 80% del sueldo?

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Pero vayamos al meollo de la cuestión: utilizar el exceso de capital -por cierto, un capital que aún no tiene y que depende de la revalorización de su participación en la eléctrica EDP- para pagar prejubilaciones es como vender el coche para comprar la gasolina. Se puede discutir si un banco es mejor por tener mucho capital -en Hispanidad siempre hemos defendido que el banco bueno es el que tiene poca morosidad-, pero destinar el exceso de capital a reducir la plantilla…

Porque lo más lógica sería utilizar ese capital -podría elevarse hasta el 15%, frente al 13% que tiene actualmente y al 12% que exige el mercado- para, por ejemplo, dar crédito o remunerar al accionista.