Ucrania: ¿Para qué sirve La ONU? ¿Para lograr la paz o para tomar partido?
Ya está listo el plan de acción del que hablaba el secretario general de la ONU Antonio Guterres en enero. El 18 de junio, Guterres presentó la 'Estrategia y plan de acción de Naciones Unidas contra el discurso del odio':
"El discurso del odio es [...] un ataque a la tolerancia, la inclusión, la diversidad y la propia esencia de nuestras normas y principios sobre los derechos humanos", dijo Guterres. También escribió un artículo sobre el tema: "A los que insisten en utilizar el miedo para dividir comunidades, debemos decirles: la diversidad es una riqueza, nunca una amenaza [...]. No olvidemos, al fin y al cabo, que cada uno de nosotros somos un 'otro' para alguien, en alguna parte", informa gatestoneinstitute.
Según el plan de acción, "el odio se está trasladando a la corriente general, tanto en las democracias liberales como en los sistemas autoritarios. Y cada vez que se rompe una norma, se debilitan los pilares de nuestra humanidad común". La ONU lo considera una función crucial en sí misma: "Por una cuestión de principios, Naciones Unidas debe enfrentarse al discurso del odio en cada ocasión. El silencio puede ser una señal de indiferencia al fanatismo y la intolerancia".
El discurso del odio es [...] un ataque a la tolerancia, la inclusión, la diversidad y la propia esencia de nuestras normas y principios sobre los derechos humanos, dijo Guterres
Naturalmente, la ONU asegura a todo el mundo que "abordar el discurso del odio no significa limitar o prohibir la libertad de expresión. Significa impedir que el discurso del odio crezca y se convierta en algo más peligroso, en especial en incitación a la discriminación, la hostilidad y la violencia, que están prohibidas por el derecho internacional".
Salvo desde luego que la ONU intenta limitar la libertad de expresión, en particular la que cuestiona la agenda de la ONU. Esto se hizo evidente en lo relativo al Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, en el que se afirmaba explícitamente que debía cesar la financiación pública de "medios que promueven sistemáticamente la intolerancia, la xenofobia, el racismo y otras formas de discriminación" hacia los inmigrantes.
Quedó por definir qué es lo que constituye intolerancia, xenofobia, racismo o discriminación, por supuesto, lo que hace que en la disposición quepa cualquier cosa, muy oportuno para los gobiernos que quieren retirar la financiación de los medios que disienten de la actual ortodoxia política sobre la inmigración.
A diferencia del Pacto Mundial de la ONU, el plan de acción de la ONU contra el discurso del odio sí incluye una definición de lo que ésta considera "odio" y resulta ser la definición más amplia y vaga posible:
"Cualquier tipo de comunicación verbal o escrita o conducta que ataque o utilice un lenguaje peyorativo o discriminatorio en referencia a una persona o grupo basado en quiénes son o, dicho de otra forma, basado en su religión, etnia, nacionalidad, raza, color de piel, origen, género u otro factor identitario". Con una definición tan amplia como esta, cualquier discurso se puede calificar "de odio".