- Enresa se lleva el 18% y el IPCG (impuesto sobre combustible gastado) otro 15%.
- Otros cánones y tasas (IBI, etc.) representan el 5%.
- Sumen la nueva tasa de la reforma Soria (Impuesto sobre Producción): otro 7%.
- Y si ahora el CSN exigiera una importante inversión para renovar el parque de reactores… pues Iberdrola se planta y tiene el apoyo de Endesa y de GNF.
- ¿Y Garoña? Una anécdota, aunque muy ilustrativa.
La batalla entre
Ignacio Galán, presidente de
Iberdrola, y
Álvaro Nadal, ministro de Energía viene de atrás. Por ejemplo, cuando el ahora ministro, en la anterior legislatura director de la
Oficina Económica, se empeñó en salir de la política para convertirse en presidente de Iberdrola. Ahora no pretende eso, pero no deja de recordar a sus próximos que
piensa terminar con la carrera de Ignacio Galán.
Y el aludido tampoco se ha quedado quieto. Se apoya en cualquier partido, sobre todo en el PNV, que considera que la principal eléctrica de España y la más capitalizada de la zona euro, tiene su origen y su sede social en Euskadi. Y los nacionalistas vascos apoyan a Ignacio Galán. Es más,
los peneuvistas han puesto sobre la mesa de negociación de los Presupuestos del Estado para 2017, el asunto nuclear. Cuidado, Mariano.
Ojo,
no hablamos de Garoña, que no deja de ser una anécdota, ilustrativa pero anécdota. Aunque el consejo de Nuclenor se celebre el día 26 lo cierto es que
Garoña no se abrirá nunca más.
Ahora bien, eso es lo de menos. Lo de más es la renovación de los
siete reactores, a saber, entre 2020 y 2024. Y ahí es donde, durante la última junta de accionistas de Iberdrola,
Ignacio Galán disparó el dardo:
aprovechó la pregunta de un accionista para lanzar el siguiente mensaje al gobierno: señores, casi la mitad de todos los ingresos de la
energía nuclear se me va en impuestos. Si
encima me exigen ustedes muchas inversiones para renovar el parque se lo regalo. Todo un órdago.
La andanada de Galán puede no ser pertinente. Ahora bien, ¿es cierta? Sí, lo es. De hecho, los impuestos no se llevan un 50% de los ingresos (ojo, no del ebitda, sino de los ingresos) de
la energía nuclear… sólo se llevan el 45%. A saber:
Enresa se lleva el 18% y el IPCG (impuesto sobre combustible gastado) otro 15%.
Otros cánones y tasas (IBI, etc.) representan el 5%.
Sumen la nueva tasa de la
reforma Soria (Impuesto sobre Producción): otro 7%. Esta última fue la gota que colmó el vaso.
Y si ahora el CSN exigiera una importante inversión para renovar el parque de reactores… pues
Iberdrola se planta y tiene el apoyo de
Endesa y de GNF.
Y así el negocio nuclear, de suyo rentable,
se vuelve ruina. Y más: aunque la nuclear, junto a la hidroeléctrica, sea la energía más barata el trabajo de rentabilizarla se dispara.
La gota que colmó el vaso fue ese 7% extra que impuso la
reforma de Soria, como "impuesto a la producción". Es decir, porque sí.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com