- El regulador considera que deben eliminarse restricciones arraigadas en el sector del tabaco.
- Amplía la regulación del cigarrillo electrónico: restringe su publicidad, promoción y venta. Eso sí, en menor medida que con el tabaco.
- Pide revisar algunos aspectos de los cigarrillos electrónicos y propone que se considere la imposición indirecta.
- Mientras, los estanqueros creen que el actual modelo es el más adecuado para mantener el control de la recaudación.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (
CNMC) quiere
poner fin al monopolio de los estancos. Esa es una de las principales conclusiones de su
informe sobre el anteproyecto que modifica la conocida como "ley antitabaco". Y como era de esperar,
el sector de estanqueros se cabrea y critica el "absoluto desconocimiento" del mercado por parte del regulador.
Competencia considera que deben eliminarse restricciones arraigadas en el sector del tabaco, como "suprimir el monopolio de la red de estancos o al menos reconfigurarlo de forma más competitiva".
Pero no es la primera vez que lo hace y es que considera que el anteproyecto se centra en aspectos de otras regulaciones del sector del tabaco, "que no son adecuadas para proteger la salud y
distorsionan la competencia".
El regulador también
amplía la regulación del cigarrillo electrónico. En concreto, habla de restringir su publicidad, promoción y venta, igual que ya se hace con el tabaco; eso sí, en menor medida. Claro que no pone en ningún momento en duda el objetivo de proteger la salud y la prevención del tabaquismo.
Pero
la CNMC pide revisar algunos aspectos de los cigarrillos electrónicos y propone que se considere la imposición indirecta. También insta a
prohibir la venta a distancia de los cigarrillos electrónicos para garantizar la verificación de la edad del comprador, quiere
revisar la exclusividad de los estancos y establecimientos especializados en la distribución de cigarrillos electrónicos para fomentar la competencia. Y pide prohibir la venta de productos distintos a cigarrillos electrónicos en establecimientos especializados y recomienda que no se difunda y publique información comercial sensible.
Asimismo, el regulador plantea que se considere la
imposición indirecta porque es eficaz y distorsiona menos la competencia: "reduce el consumo, se beneficia de la imagen negativa del producto en términos de salud pública, nutre de recursos a la Hacienda Pública y acerca el tratamiento fiscal y las reglas de juego a los productos del tabaco". Mientras, la
Unión de Asociaciones de Estanqueros de España cree que el actual modelo es el más adecuado para mantener el control de la recaudación del tabaco, que supera los 9.100 millones de euros anuales.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com