- El negocio típico no funciona en ningún grupo, ni en España ni en mercados emergentes.
- Y el asunto afecta a grandes y pequeños.
- Basilea privilegia a la banca de inversión y a la banca en la sombra, frente a la banca doméstica.
- Como lo es la española, que es la que cumple una función social.
- Y encima, recomienza el tinglado de la ya antigua farsa: otro test de estrés.
- Si quieres sobrevivir en la gran banca mundial de hoy tienes que hacerte banca de inversión, es decir, dedicarte a la especulación financiera.
Resultados del
tercer trimestre demuestran que la banca española sigue siendo una banca bien gestionada, solvente y, sobre todo, banca doméstica, dedicada a gestionar depósitos y dar crédito (esto poco porque tampoco hay buena petición de crédito). Entonces, ¿por qué insisto en que camina hacia el desastre? Sencillo: por las normas que están aplicando.
Decíamos ayer que el FBA, el nuevo juguete de los poderes financieros, el mismísimo Nuevo Orden Mundial (NOM) financiero había decidido crear un oligopolio bancario mundial de 30 monstruos bancarios (españoles, sólo entra el Santander, tras la expulsión del BBVA). Les exigen más recursos propios (en teoría, como explicamos hoy en Hispanidad, en la práctica es una milonga). Por tanto, el
Banco Internacional de Pagos de Basilea (BIS), el banco central de bancos centrales, está creando un oligopolio bancario mundial donde no hay sitio para lo pequeño y donde lo grande siempre es bueno.
Pero eso no es lo peor. Lo peor es que hay dos tipos de banca, que con gran claridad expositiva se dividían entre
banca al por mayor y al por menor. Pues bien, al BIS, es decir, a quienes controlan la comunidad política y financiera internacional, la banca local, la de la vieja y la hipoteca, no gusta. Es irremisiblemente antigua. Lo bueno es la
banca de inversión y, a más a más, la banca en la sombra. Y en efecto, ahí poco sitio tiene la banca española que es banca universal doméstica y sí cubre una función social.
Enfrente tenemos el banco más ladrón y defraudador del mundo, el
HSBC, la caterva de bancos americanos que no han aprendido nada de la crisis, o los ingleses y suizos (CS y UBS), que cayeron presos de su codicia pero que fueron salvados por sus Estados respectivos, en mayor o menor medida. O el alemán
Deutsche Bank, el mayor desastre financiero internacional.
Pero,
con ayuda pública, todos ellos resurgen de sus cenizas. Claro, como que se han dado a la banca de inversión, es decir, a la especulación financiera. Mientras, la banca doméstica, la española, se queda sin margen.
Un negocio que ha dejado de ser negocio. Y les cuesta mantener el margen porque, con tipos al 0% no hay margen que mantener.
Eso por no recordar
que nos cargamos la localización de créditos por antonomasia: las cajas de ahorros.
Por tanto, repitamos:
la banca española es buena banca pero camina hacia el desastre. Más que nada porque a la fuerza ahorcan. Basilea y todos sus organismos satélites sólo juegan a la
especulativa banca de inversión y lo que aún es peor: a la banca en la sombra, que eso ya no es especulación sino depredadores de la propiedad.
Y encima ahora comienza, 'again', el 'tinglado de la antigua farsa': otro test de estrés,
un examen a los bancos que lo único que se fija es en los recursos propios: es decir, otra vez el burro grande, ande o no ande.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com