- Como mucho, antes de fin de año.
- Pujol Ferrusola, además de su sueldo, recibe con expatriado 250.000 dólares de Indra para gastos domésticos.
- El problema es que, además, Indra todavía no ha decidido qué va a hacer en EEUU, por lo que el trabajo del hijo de Jordi Pujol resulta vago.
- Y por si fuera poco, acordó con Monzón que podría trabjar en la etapa Post-Indra, una 'disfunción' que el nuevo presidente no está dispuesto a aceptar.
- Abril-Martorell prosigue su campaña de limpieza de toda la etapa Javier Monzón.
- Tras la salida de los "los púnicos", en especial de Santiago Roura, se abordan nuevos frentes. El proceso de regeneración aún no ha concluido.
Ya era casi un histórico de la Indra, pero lo cierto es que
Josep Pujol Ferrusola (
en la imagen) tiene un pie fuera de la compañía. Fecha límite: antes de fin de año, pero lo más probable es que Abril-Matorell no agote esa fecha.
Cuando se dispara el escándalo
Pujol y, al mismo tiempo, se ve que
Javier Monzón está en las últimas,
Josep Pujol pide trasladarse a Estados Unidos como representante de la ingeniería en aquel país. Lo hace con su sueldo más 250.000 dólares USA en gastos, dado que se traslada con su familia. Un contrato que
Fernando Abril-Martorell, el nuevo presidente, no está dispuesto a validar. Josep Pujol saldrá de Indra, como máximo antes de fin de año, probablemente antes.
El problema es que, además,
Indra todavía no ha decidido qué va a hacer en EEUU, por lo que el trabajo del hijo de Jordi Pujol resultaba vago.
Y por si fuera poco, acordó con
Monzón que podría trabajar en la etapa Post-Indra, en su futuro laboral, una 'disfunción' que el nuevo presidente no está dispuesto a aceptar.
Es decir, hasta ahora
Fernando Abril se ha librado de buena parte del equipo directivo heredado de Monzón. Por ejemplo, del grupo que en Indra empieza a conocerse como "los púnicos", por estar más o menos relacionados como los
casos Gürtel y Púnica.
Pero los relevos no han concluido y la reducción de la cabeza tampoco. Por el momento,
Fernando Abril-Martorell se han dado de plazo hasta el 31 de diciembre para cumplimentar la reorganización. Lleva en el cargo de presidente desde el pasado 29 de marzo. Ha realizado un apreciable plan de reducción de costes y un Ere que afecta a 1.750 trabajadores y que no va a resultar fácil. Además, está pendiente el plan de crecimiento,
porque hasta ahora se ha centrado en el control de costes. Esto significa que Abril-Martorell no está dispuesto a aceptar
salarios altos y que quiere acabar con la sopa de apellidos ilustres, compuestos o no, que de poco le han servido a Indra.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com