- Al parecer, mucha viagra pero pocos impuestos.
- Lo cual no ha sentado nada bien a los políticos estadounidenses.
- La demócrata Hillary Clinton acusó a Pfizer de usar vacíos legales para evitar pagar su "parte justa" de impuestos, mientras que el republicano Donald Trump calificó el acuerdo de "repugnante".
- Y es que, al final, el nacionalismo queda en un segundo plano frente a la pela…
Toda la prensa ha recogido hoy martes que la estadounidense
Pfizer (la del
Viagra) anunció ayer un acuerdo de fusión con la irlandesa
Allergan (la del
Botox), lo que la convertirá en la mayor farmacéutica del mundo. La operación está valorada en 160.000 millones de dólares que se abonarán principalmente mediante un intercambio de acciones entre las compañías. La multinacional estadounidense pagará el equivalente a 363,63 dólares por cada título de la irlandesa. La compañía resultante tendrá un valor bursátil superior a los 320.000 millones de dólares y unos ingresos próximos a los 63.000 millones. El presidente ejecutivo será el consejero delegado de Pfizer,
Ian Read, mientras que el director de operaciones de la compañía será el primer ejecutivo de Allergan,
Brent Saunders.
Pero hete aquí el quid de la cuestión: aunque Pfizer es una empresa de mayor envergadura, con un valor de 199.000 millones de dólares, por los 123.000 millones de Allergan, es la firma irlandesa la que aparece como compradora de la estadounidense. Esta operación permite a Pfizer mudarse a Irlanda y beneficiarse de una presión impositiva menor que la de EEUU. Las compañías anunciaron que la tasa fiscal que tendrá la empresa resultante en el primer año después de que quede completada la operación estará entre el 17% y el 18%, por debajo del 25% que se calcula tiene ahora Pfizer.
Así que a políticos estadounidenses les ha faltado tiempo para criticar el acuerdo por considerarlo una manera de pagar menos impuestos y encima fuera del país. La demócrata
Hillary Clinton acusó a Pfizer de usar vacíos legales para evitar pagar su "parte justa" de impuestos, mientras que el republicano
Donald Trump calificó el acuerdo de "repugnante".
Ian Read trataba de defenderse: "Este acuerdo no es sólo sobre beneficios fiscales". E insistió en que dispondrán de "mayor flexibilidad financiera para seguir con el descubrimiento y desarrollar nuevos medicamentos más innovadores".
Pero se da la circunstancia además de que el acuerdo llega cuatro días después de que el Departamento del Tesoro de EEUU
presentara nuevas medidas para dificultar la "inversión fiscal", operaciones corporativas por las que empresas de gran tamaño adquieren competidores más pequeños con sede fiscal en países más ventajosos.
Pero, para Pfizer,
la pela es la pela. Y nada de salvaguardar los intereses nacionales, en este caso los estadounidenses. Y, como ha destacado Hispanidad,
a las farmacéuticas les encanta el oligopolio…
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com