• Gas Natural presenta la demanda contra Colombia ante el Tribunal de Arbitraje de la ONU.
  • Y habla sin tapujos de expropiación sin indemnización para reclamar más de 1.000 millones.
  • La conversación entre Santos y Rajoy no ha servido de nada, a pesar del atropello a la seguridad jurídica.
  • Lo peor del arbitraje es el tiempo que tarda esa solución si Colombia no se atiene a razones.
Gas Natural Fenosa (GNF) da un paso firme contra Colombia por la liquidación de su filial, Electricaribe, optando por la única vía que le queda, el arbitraje internacional. Eso sí, todo precedido por el fracaso de la gestión de Rajoy, la última bala a la que esperaba la multinacional española. El presidente del Gobierno no hizo nada tras la intervención de Electricaribe, a mediados de noviembre, y ha podido nada después, una vez decidida la liquidación. Por eso -en medio de ese paisaje nublado-, GNF ha optado finalmente por recurrir, este miércoles, ante el Tribunal de la Comisión de Nacionales Unidas para el Derecho Mercantil, no ante la Corte de Arbitraje del Banco Mundial (Ceadi). Decantarse por la ONU no obedece a otra razón que la conveniencia. Ha sido la vía recomendada por el equipo de abogados de GNF. La empresa da cuenta del procedimiento abierto en un duro comunicado en el que no ahorra calificativos, como quien dice. Para Gas Natural se trata de "una expropiación sin indemnización", una medida que contradice el "espíritu de las relaciones comerciales entre la UE y Colombia" y que carece de "trato equitativo y seguridad jurídica". Los mismos argumentos esgrimidos por Guindos -que no sentaron bien a Santos- y de los pudo hablar Rajoy después con el presidente colombiano, pero éste decidió seguir en sus trece. Y a partir de ahí, la reclamación de GNF es muy clara: que el Gobierno colombiano le devuelva la compañía con "con un marco regulatorio viable" y si no es así, que le compense por un importe superior a los 1.000 millones de dólares. No obstante, la compañía mantiene su voluntad de "seguir negociando para alcanzar un acuerdo" con el Gobierno colombiano, al que informado del recurso presentado, del mismo que Santos aseguró a Isidro Fainé que habría compensaciones. El arbitraje internacional, en cualquier caso, no es lo mejor porque tiene un problema: el tiempo que tarda en llegar a una resolución satisfactoria. Ocurrió lo mismo con la reclamación presentada contra Argelia tras la ruptura unilateral del contrato de la compañía pública Sonatrach  con Gas Natural y Repsol. En el caso de Colombia, Gas Natural insiste en las inversiones de Electricaribe, realizadas a pesar de las dificultades inherentes al país, han sumado 255 millones entre  2011 y 2015. Pero poco más se puede hacer mientras el Gobierno colombiano no ha atajado los dos problemas más graves: el fraude por impagos y la mora, en lo que participan tantos las empresas priva como, ojo, las públicas, y también el Gobierno. Mal negocio. Rafael Esparza